martes, 8 de noviembre de 2011

Asocian obesidad y sedentarismo con divertículos intestinales.

Desde los años 70, el único factor de riesgo de la enfermedad diverticular conocido era la falta de fibra en la alimentación, pero ahora sabemos que hay más.


Un equipo de Suecia halló que las mujeres que no hacen ejercicio o que tiene sobrepeso son algo más propensas a ser hospitalizadas por enfermedad diverticular. Así surge del mayor estudio realizado hasta ahora sobre la relación entre el estilo de vida, el peso y esa alteración intestinal.

"Desde los años 70, el único factor de riesgo de la enfermedad diverticular conocido era la falta de fibra en la alimentación, pero ahora sabemos que hay más", dijo el doctor Fredrik Hjern, autor principal del estudio.

El equipo de Hjern, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, reunió datos de casi 40.000 mujeres que habían participado en una encuesta de salud realizada en 1997. A las participantes se les midió también el índice de masa corporal (IMC). Hasta el 2009, el equipo controló las internaciones por enfermedad diverticular. Aunque más de la mitad de las mayores de 60 años tienen alguna forma de enfermedad diverticular, no todas presentan síntomas, que van desde el malestar leve a sangrado o dolor.

En el estudio, 628 mujeres fueron internadas por la enfermedad y 98 de ellas tuvieron una perforación o una masa de pus en el colon.

A diferencia de las mujeres con un IMC normal (entre 20 y 25 puntos) las mujeres con sobrepeso (IMC de 25 a 30) eran un 29 por ciento más propensas a ser hospitalizadas. Las participantes obesas (IMC superior a 30) eran un 33 por ciento más propensas a ser internadas. Y hacer ejercicio menos de 30 minutos por día estuvo asociado con un mayor riesgo de hospitalización que las más activas.

Pero aun con esos factores de riesgo adicionales, la internación por enfermedad diverticular sigue siendo rara. Por ejemplo, ocurre en el 2,2 por ciento de las mujeres obesas.

Los autores estiman que cada año ingresan a los hospitales 140 por cada 100.000 mujeres por una crisis de la enfermedad. Un aumento del 30 por ciento se traduciría en 182 por cada 100.000, según escribe el equipo en "American Journal of Gastroenterology".

En la mayoría de los casos, la enfermedad diverticular se controla con un aumento del consumo de fibra. Cuando las crisis son muy graves, se puede optar por la cirugía para extirpar la porción intestinal dañada. También, según Hjern, los pacientes con sobrepeso deben adelgazar y hacer ejercicio para tratar de prevenir los síntomas.

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