El extenso uso de la pildora aticonceptiva -que se ha incrementado gradualmente en el los últimos 40 años- podría ser el responsable del aumento en la incidencia de cáncer de próstata en el mundo.
Los científicos creen que subproductos hormonales están contaminando la cadena alimenticia.Una nueva investigación de científicos canadienses revisó datos sobre el uso del método anticonceptivo y las tasas de incidencia de este cáncer tanto en países como continentes en todo el mundo.
La comparación de los datos mostró que el uso de la píldora en una población "está significativamente asociado tanto al número de nuevos casos de cáncer de próstata como muertes por esa enfermedad".
Los investigadores, que publican el estudio en British Medical Journal (BMJ) (Revista Médica Británica), subrayan que estos datos están basados en cálculos y por lo tanto no confirman una causa y efecto.
Pero deben servir para llevar a cabo estudios más a fondo sobre esta asociación, expresan los científicos.
Los investigadores del Hospital Princess Margaret de la Universidad de Toronto creen que los subproductos de estrógeno que son excretados de la orina de las usuarias de la píldora han estado contaminando la cadena alimenticia y el agua potable.
Estudios pasados han mostrado que el estrógeno promueve el crecimiento de ciertos tumores.
El cáncer de próstata es uno de los tipos más comunes de cáncer en hombres en el mundo, principalmente en países desarrollados.
Y el uso de la píldora anticonceptiva se ha incrementado drásticamente durante las pasadas cuatro décadas.
Los científicos revisaron los datos de la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer (IARC) y el Informe de Naciones Unidas sobre el Uso de Anticonceptivos en el Mundo para analizar la asociación entre tasas de cáncer de próstata y la proporción de mujeres que utilizaron los métodos anticonceptivos más comunes durante 2007.
Analizaron tanto los datos de naciones individuales como de continentes en todo el mundo.
Los cálculos mostraron que el uso de aparatos intrauterinos, condones y otros métodos vaginales no estaba asociado con un aumento en el riesgo de cáncer de próstata.
Más investigación
Pero sí encontraron un vínculo "significativo" entre el uso de la píldora anticonceptiva en una población y en el número de casos y muertes por cáncer de próstata.
Los resultados no se vieron afectados por la riqueza de un país, lo que muestra que la asociación no se debe a una mejor detección de la enfermedad o a que en los países más ricos tiende a haber mayores tasas de uso de anticonceptivo oral.
Y como tampoco se encontró una asociación de la enfermedad con otros métodos anticonceptivos, esto sugiere que el impacto en la enfermedad no se debe a algo sexualmente transmitido o asociado a la relación sexual.
Los doctores David Margel y Neil Fleshner, que llevaron a cabo el estudio, temen que el responsable de esta asociación es la contaminación de la cadena alimenticia con hormonas cuyo origen es la píldora.
Pero estos resultados, subrayan, "son especulativos y fueron diseñados para generar una consideración más a fondo del tema".
Agregan que es necesario llevar a cabo más investigaciones y recomiendan un monitoreo detallado de los niveles ambientales de subproductos del anticonceptivo oral, los llamados compuestos disruptores endocrinos (EDC).
"Estos compuestos no se descomponen fácilmente -afirman los autores- de manera que pueden pasarse a la orina y terminar en el abastecimiento de agua potable o la cadena alimenticia, exponiendo a la población general".
Pero tal como señala Jessica Harris, de Cancer Research Uk, todavía hay muchas incertidumbres sobre esta enfermedad.
"Comparar las tasas de dos asuntos aparentemente no relacionados en varios países es una forma muy poco confiable de establecer si están verdaderamente vinculados, porque hay muchas cosas que varían de un país a otro y es imposible decir si una está causando la otra".
"Ha sido muy difícil identificar factores que afecten el riesgo de cáncer de próstata, pero lo que sabemos es que los hombres están más en riesgo cuando envejecen, o si tienen un historial familiar de cáncer de próstata o mama".
"La enfermedad también es más común entre hombres negros que entre blancos o asiáticos", agrega.
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