domingo, 5 de febrero de 2012

La falta de luz solar podría aumentar el riesgo de ACV.

La cantidad de luz solar a la que se está expuesto podría tener que ver en determinar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), sugiere una investigación reciente.

"Escuchamos mucho que el sol es malo, por ejemplo en términos del cáncer de piel", anotó la coautora del estudio Leslie McClure, profesora asociada de bioestadística de la Universidad de Alabama, en Birmingham. "Pero este examen de la exposición al sol indica que estar bajo el sol podría relacionarse con algunos resultados positivos".

McClure dijo que "la moraleja es que la luz del sol podría ser tanto amiga como enemiga de la salud".
McClure y colegas presentaron sus hallazgos el martes en una reunión de la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Society) en Nueva Orleáns.

Para explorar la posible conexión entre el sol y el ACV, los autores analizaron datos recolectados de un estudio en curso que incluye a más de 30,000 mujeres y hombres negros y blancos mayores de 45.
El equipo se enfocó en alrededor de 16,500 participantes, ninguno de los cuales tenía antecedentes de ACV o enfermedad cardiaca cuando se inscribieron en el estudio, entre 2003 y 2007. Todos se habían sometido a exámenes físicos y habían completado cuestionarios sobre su historial médico y los lugares donde habían vivido en el pasado.

Durante un seguimiento promedio de cinco años, 351 de los 16,500 experimentaron un accidente cerebrovascular. El equipo de McClure comparó las cifras de incidencia de ACV con información de satélite y del terreno sobre los patrones geográficos mensuales de la luz solar que databan de hasta hace quince años.
El resultado: los que se hallaban en la mitad inferior en cuanto al nivel de exposición solar se enfrentaban a un riesgo 1.6 veces mayor de experimentar un ACV que los que se hallaban en la mitad superior.

Además, el equipo halló evidencia de que los que vivían en climas más fríos también mostraban un mayor riesgo de ACV.
"Aún no sabemos exactamente a qué se debe la relación entre la luz solar y el ACV", advirtió McClure. "Hay muchas hipótesis. Pero en realidad aún no comprendemos cuál es el mecanismo subyacente".

Justo por ese motivo, el Dr. Larry B. Goldstein, director del Centro de Accidente Cerebrovascular Duke de Durham, Carolina del Norte, enfatizó que se necesita más trabajo para especificar la naturaleza exacta de la relación entre luz solar y ACV.
Comentó que "los hallazgos no me sorprenden, pero es importante saber que se trata de un estudio de asociación, y la asociación no prueba la causalidad. El hecho de que la poca exposición al sol, y presumiblemente las áreas con poca exposición al sol también tendrán niveles bajos de vitamina D, se haya asociado con un mayor riesgo de ACV podría ser potencialmente explicativo".
"Pero de hecho los autores tienen mucho cuidado al señalar que este es un análisis exploratorio", anotó Goldstein. "Así que aunque esta exposición resulte real podrían haber muchas explicaciones potenciales. Tendremos que esperar a ver qué pasa".

Otro estudio que también se presentará en la reunión sobre los ACV reveló que los que consumen más vitamina D en la dieta tienen un riesgo de accidente cerebrovascular once por ciento más bajo.
Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.

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