Las mujeres posmenopáusicas que toman estrógeno por años son más propensas a experimentar incontinencia que aquellas que consumen la hormona por un tiempo más breve o que nunca realizan ese tratamiento, revela un nuevo estudio.
De 167 mujeres encuestadas a comienzos de la década de 1990 y nuevamente en el 2004, las que habían tomado estrógeno por cinco años o más eran tres a cuatro veces más proclives a informar problemas de control de la vejiga en el segundo sondeo que las que no habían tomado estrógeno o lo habían hecho por menos de cinco años.
"Al observar la historia de la paciente en relación con el uso de estrógeno, habría un factor importante en su riesgo de desarrollar incontinencia urinaria", dijo Gina Northington, autora del estudio que se especializa en uroginecología en la Emory University en Atlanta.
Algunas mujeres toman estrógeno después de la menopausia para ayudar a minimizar síntomas como sofocos y sequedad vaginal.
Para el estudio, publicado en la revista Menopause, 167 mujeres posmenopáusicas completaron cuestionarios en 1993, estableciendo si habían usado estrógeno alguna vez, si lo habían hecho por menos de cinco años o por cinco años o más.
Once años después, de las 167 mujeres que dijeron que nunca habían tenido problemas de incontinencia en el primer sondeo, 47 informaron un caso.
Y más de 31 de esas mujeres dijeron que la incontinencia les impedía realizar tareas diarias como ir de compras, asistir a eventos sociales, visitar amigos y hacer actividad física.
De las 47 mujeres con problemas de control de la vejiga, siete habían usado estrógeno por más de cinco años. Eso, comparado con apenas siete de 120 mujeres sin incontinencia que habían usado la terapia hormonal por tanto tiempo.
Northington dijo que el estudio tiene algunas debilidades.
"Sólo preguntamos a las mujeres si tomaron hormonas que contenían estrógeno", dijo la experta a Reuters Health. "No medimos el nivel de estrógeno y no preguntamos sobre la progesterona", añadió.
El motivo por el cual la terapia con estrógeno afectaría la función de la vejiga aún no se comprende bien.
"Algunos estudios han sugerido que hormonas como el estrógeno influirían en los nervios que controlan la vejiga", dijo el doctor Leslie Rickey, ginecóloga que se especializa en problemas de vejiga en el Centro Médico de la University of Maryland.
"Los problemas urinarios aumentan con la edad", dijo Rickey, que no participó del estudio. "No estamos seguros si se debe al proceso de envejecimiento o a los niveles de estrógeno, o a una combinación de ambos", añadió.
Hasta la mitad de las mujeres mayores de 45 años informaron experimentar incontinencia al menos una vez en su vida, según un estudio sobre menopausia realizado a casi 2.800 mujeres financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
"Sumada a otros riesgos relacionados con el estrógeno, como el cáncer de mama y los coágulos sanguíneos, ésta es otra razón para asegurarse de tomar estrógeno por el menor período de tiempo posible en caso de necesitarlo", finalizó Northington.
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