Jorge Reynolds ha estado dedicado al desarrollo de marcapasos por los últimos 53 años.
Tal vez por eso, aunque en su Colombia natal Jorge Reynolds es reconocido como el inventor del marcapasos, su nombre no siempre figura en los clic artículos que dan cuenta de la historia de este aparato.
Reynolds, sin embargo, parece más interesado en el futuro que en el pasado del invento.Este ingeniero en electrónica bogotano, de 75 años de edad, acaba de presentar un prototipo capaz de revolucionar el dispositivo del que dependen millones de personas con problemas cardíacos de todo el mundo.
Se trata de un "nanomarcapasos" que mide la cuarta parte de un grano de arroz y no utiliza baterías, sino una combinación de energía piezoeléctrica (que se produce al comprimir cierto tipo de cristales) y la energía producida por el propio corazón.
Para esto último emplea un "puente aurículo-ventricular", inspirado por las investigaciones de Reynolds sobre el corazón de las ballenas.
Aprendiendo de la naturaleza
"Lo que hace es un puente del sistema eléctrico que por alguna razón -por hipertensión o por alguna cosa- ha dañado esas 'cuerdas eléctricas' que tiene el corazón", explicó Reynolds.
Parte de lo aprendido durante años estudiando el corazón de las ballenas se aplicó al nuevo marcapasos.
"Tomamos el impulso que viene de las aurículas y lo reinyectamos en el ventrículo", dijo.
La idea fue incluida hace tres años en la lista de las clic 100 mejores innovaciones inspiradasclic por la naturaleza elaborada por la red Biomímesis, la red de Iniciativas e Investigaciones para Cero Emisiones (Zeri), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Y a la misma se la han agregado otras innovaciones, como el uso de nanolitografía para los circuitos eléctricos, la energía piezoeléctrica y los últimos avances en telecomunicaciones, que permitirán conectar el marcapasos con cualquier celular para facilitar su monitoreo.
El de Reynolds ha sido un trabajo de años, pero ya está listo un primer prototipo.
"Pero no para implantación en humanos, sino para experimentación", explicó el científico.
"Sin embargo, pienso que en tres años podemos tener el marcapasos ya en humanos, porque ahora tiene que entrar en una fase de investigaciones en tejidos vivos", adelantó el investigador.
Pionero
El nanomarcapasos es un ejemplo de lo mucho que ha avanzado la tecnología desde que Reynolds construyó su primer marcapasos, en 1958, para salvarle la vida a un paciente de la clínica Shaio de Bogotá.
"Fue una cuestión que al paciente, un sacerdote, no había nada que ofrecerle, y el jefe de cirugía me convenció que pusiéramos el marcapasos", dijo.
"El sacerdote estuvo totalmente de acuerdo, porque sabía que si no se hacía eso se iba a morir. Se cruzaron los dedos y resulta que funcionó", recuerda Reynolds, quien en esa época se acabada de graduar en la Universidad de Cambridge y descubierto "que la electrónica funcionaba divinamente en la medicina y particularmente el corazón, que es un sistema totalmente eléctrico".
Ese marcapasos, que se conserva en la Academia nacional de Medicina de Colombia, era más grande que una batería de auto y según Reynolds se trató del primero con electrodos internos del mundo y "el primero que le colocó a un paciente de forma definitiva".
"Muy cercano a esto están los suecos, que hicieron su primer marcapasos en el Instituto Karolinska. Pero ese primer marcapaso de los suecos le duró al paciente tres horas, el mío le duró al paciente 18 años", dijo.
Según Reynolds, entre los dos inventos hubo una diferencia de unos quince días.
Aunque mientras el suyo era un marcapasos externo, el desarrollado por Rune Elmqvist, en Suecia, era un marcapasos implantable.
"Esa era su ventaja. Tenía unos sistemas de baterías y demás muy primitivos. Pero la idea, absolutamente genial, de pensar en una cosa mucho más avanzada", reconoció el investigador colombiano.
La disputa por el título de padre del marcapasos, sin embargo, no se limita a Reynolds y Elmqvist.
Australia reclama la paternidad del invento para Mark Lidwell, los estadounidenses para Albert Hyman y los canadienses para John Hopps.
Paternidad disputada
Los australianos reclaman la paternidad del marcapasos para Mark Lidwell, quien en 1928 desarrolló un aparato que permitía la transmisión de impulsos eléctricos al corazón con el propósito de reactivarlo.
Para muchos estadounidenses, sin embargo, el honor le corresponde a Albert Hyman, quien en 1938 fue el primero en utilizar el nombre de marcapasos (en inglés, pacemaker) para un invento similar.
Mientras, los canadienses insisten en que el verdadero inventor del marcapasos fue John Hopps, quien en 1950 desarrolló en Toronto un marcapasos externo que utilizaba electrodos externos.
Estos modelos, sin embargo, no eran portátiles y a menudo el dolor que causaban no permitía su uso por mucho tiempo.
Y además de Reynolds y Elmqvist, a finales de la década de 1950 también se destaca el trabajo del estadounidense Earl Bakken, reconocido en EE.UU. como creador del primer marcapasos externos que podía llevarse puesto.
Reynold, por su parte, destaca el trabajo del estadounidense Paul Zoll, a inicio de los años 50.
"El doctor Zoll fue una de las primeras personas que desarrollaron un marcapasos externo con electrodos externos", dijo.
"Fue una de las primeras personas que estimuló el corazón, pero se necesitaban voltajes muy altos y entonces había una contracción de los músculos pectorales y después de una hora el dolor de eso no lo resistía el paciente", recuerda.
Su modelo solucionó este problema empleando electrodos internos.
Y aunque algo incómodo, por su peso y tamaño, el suyo también fue uno de los primeros marcapasos portátiles, otro paso importante en la evolución del invento.
Hacia adelanteReynolds afirma que no le molesta que, en algunas publicaciones, su contribución no siempre sea reconocida de la misma manera que la de otros pioneros.
"No me molesta. Yo creo que esa es la humanidad y uno va formando una costra, va aprendiendo que las cosas no son tan fáciles ni tan justas como debe ser", dijo.
"Tengo y tuve las mejores relaciones con todos estas personas que desarrollaron los primeros marcapasos, tanto en Europa como en los EE.UU., y hemos tenido unas muy buenas relaciones. Pero siempre en la literatura encuentra Ud. que se habla apenas, que Reynolds apenas aparece por ahí", afirmó.
El colombiano, en cualquier caso, prefiere mirar hacia adelante.
"Mi vida ha sido el corazón. Y cuando uno tiene 75 años hay que trabajar más, hasta que se pueda, y de esta manera ojalá se alcance a dejar ese marcapasos funcionando", dijo.
"Creo que sería un aporte bien importante para la humanidad", concluyó.
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