Los supervivientes de ataques cardiacos que viven en vecindarios pobres hacen menos ejercicio que los de vecindarios más ricos, halla un estudio reciente.
Se sabe que el ejercicio regular tras un ataque cardiaco mejora las probabilidades de supervivencia, anotaron los investigadores israelíes.
En el estudio, los investigadores dieron seguimiento a 1,410 supervivientes de ataque cardiaco durante más de diez años para evaluar sus niveles de actividad física en el tiempo de ocio. Los niveles de actividad física en el tiempo de ocio fueron bajos para todo el grupo de pacientes, ya que de 33 a 37 por ciento reportaron nada de actividad física, y 19 a 27 por ciento solo reportaron actividad física ocasional.
Los pacientes en los barrios pobres tenían los niveles más bajos de actividad física en el tiempo de ocio, sobre todo en los primeros cinco años tras su ataque cardiaco, según el estudio que aparece en la edición de septiembre de la revista American Journal of Preventive Medicine.
"Las recomendaciones de actividad física deben ser respaldadas por una infraestructura adecuada, y la provisión de centros de deportes gratuitos o de bajo costo en las áreas pobres", anotó en un comunicado de prensa de la revista el investigador líder Yariv Gerber, de la Universidad de Tel Aviv.
"La rehabilitación basada en el ejercicio debe estar disponible para todos los supervivientes [de ataque cardiaco], y se debe hacer un esfuerzo especial por fomentar la participación de los pacientes de barrios pobres", continuó Gerber. "Investigaciones futuras deben investigar la provisión de servicios a los supervivientes [de ataque cardiaco] para reducir las inequidades en la salud posterior [al ataque cardiaco]".
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