Una realidad de la que tenemos que ser conscientes.
Nosotros, los médicos, sabemos que es muy común que el paciente guarde algunos secretos o no cuente los detalles de cierta afección, dolencia o enfermedad. El problema surge cuando se ocultan datos que ofrecen las pistas para actuar y prevenir que la enfermedad avance. Hay ciertas cosas sobre nuestra salud que son imprescindibles contarlas, por prevención...
- Algunos ejemplos:
• ¿Cuándo consultó a un médico por última vez?
Es bastante frecuente que el paciente mienta al respecto. Les avergüenza confesar que no se controlan hace tiempo o que nunca consultaron antes. Es sabido que en Argentina los adultos se cuidan poco y mueren demasiado jóvenes. Sepamos que la mitad de las personas con hipertensión arterial, diabetes o colesterol elevado ignoran su condición o reciben un tratamiento inadecuado. Menos de la mitad de las mujeres en riesgo se realiza mamografía o Papanicolaou; Estas cifras alertan y es necesaria la consulta, que junto a una buena comunicación médico-paciente puede corregir enfermedades peligrosas a futuro
• ¿Consultó a más de un médico?
No tiene nada de malo visitar a dos doctores, ya sea por especialidades diferentes o porque queremos una segunda opinión. En ese caso, debemos comentarle a uno lo que dijo el otro respecto ya que se pueden complementar. Si el doctor A nos manda un medicamento debemos decírselo al otro, porque el doctor B nos puede dar otro medicamento que inhibe o potencia al primero o cosas por el estilo
• Historial familiar.
Muchos, pueden tener antecedentes hereditarios y si le confiamos nuestra historia familiar al médico, aunque ésta no sea muy agradable para nosotros, podrá actuar con el fin de, por ejemplo, evitar o retrasar el tiempo de aparición de alguna enfermedad como obesidad, hipertensión arterial, diabetes, Alzheimer entre otras
• ¿Siguió las indicaciones médicas?
Ya sea por falta de dinero o porque la cobertura médica no lo cubre, porque se nos olvidó, porque nos sentimos mejor, por lo que sea, es frecuente que no tomemos o cortemos la toma de los medicamentos. O, tal vez, no nos hicimos los análisis o no guardamos reposo. Es importante contárselo al médico. Sobre todo si ha sido por despiste o presupuesto, él/ella lo comprenderá y buscará una solución
• El pasado sexual.
Este quizás sea el tema más "escabroso", aún frente al médico. No es que tengamos que contar sobre parejas o aventuras sexuales, pero sí es importante si cabe la sospecha de que nuestro comportamiento podría habernos contagiado alguna enfermedad como el virus del papiloma humano (HPV), sífilis o VIH. A veces se recomienda tener una cita privada, sin pareja, para evitar inhibiciones
• Dietas mágicas.
Me refiero a esas pastillas o dietas milagrosas que nos hacen perder 10 kilos en 3 días. Tenemos que recordar siempre qué y por cuánto tiempo tomamos un medicamento, para que el médico nos estudie y tenga más que claro el daño que pueden provocarnos. Sabemos que el médico puede llamarnos la atención, quizá por eso no decimos nada
- Recuerde:
“El juramento hipocrático hace que lo que usted hable con su médico no pueda ser divulgado. Confíe. Un diagnóstico a tiempo puede ser su salvación”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario