lunes, 15 de agosto de 2011

Ocultar ciertos datos al médico puede ser un error.

Una realidad de la que tenemos que ser conscientes.
Nosotros, los médicos, sabemos que es muy común que el paciente guarde algunos secretos o no cuente los detalles de cierta afección, dolencia o enfermedad. El problema surge cuando se ocultan datos que ofrecen las pistas para actuar y prevenir que la enfermedad avance. Hay ciertas cosas sobre nuestra salud que son imprescindibles contarlas, por prevención...

- Algunos ejemplos:
• ¿Cuándo consultó a un médico por última vez?
Es bastante frecuente que el paciente mienta al respecto. Les avergüenza confesar que no se controlan hace tiempo o que nunca consultaron antes. Es sabido que en Argentina los adultos se cuidan poco y mueren demasiado jóvenes. Sepamos que la mitad de las personas con hipertensión arterial, diabetes o colesterol elevado ignoran su condición o reciben un tratamiento inadecuado. Menos de la mitad de las mujeres en riesgo se realiza mamografía o Papanicolaou; Estas cifras alertan y es necesaria la consulta, que junto a una buena comunicación médico-paciente puede corregir enfermedades peligrosas a futuro

• ¿Consultó a más de un médico?
No tiene nada de malo visitar a dos doctores, ya sea por especialidades diferentes o porque queremos una segunda opinión. En ese caso, debemos comentarle a uno lo que dijo el otro respecto ya que se pueden complementar. Si el doctor A nos manda un medicamento debemos decírselo al otro, porque el doctor B nos puede dar otro medicamento que inhibe o potencia al primero o cosas por el estilo

• Historial familiar.
Muchos, pueden tener antecedentes hereditarios y si le confiamos nuestra historia familiar al médico, aunque ésta no sea muy agradable para nosotros, podrá actuar con el fin de, por ejemplo, evitar o retrasar el tiempo de aparición de alguna enfermedad como obesidad, hipertensión arterial, diabetes, Alzheimer entre otras

• ¿Siguió las indicaciones médicas?
Ya sea por falta de dinero o porque la cobertura médica no lo cubre, porque se nos olvidó, porque nos sentimos mejor, por lo que sea, es frecuente que no tomemos o cortemos la toma de los medicamentos. O, tal vez, no nos hicimos los análisis o no guardamos reposo. Es importante contárselo al médico. Sobre todo si ha sido por despiste o presupuesto, él/ella lo comprenderá y buscará una solución

• El pasado sexual.
Este quizás sea el tema más "escabroso", aún frente al médico. No es que tengamos que contar sobre parejas o aventuras sexuales, pero sí es importante si cabe la sospecha de que nuestro comportamiento podría habernos contagiado alguna enfermedad como el virus del papiloma humano (HPV), sífilis o VIH. A veces se recomienda tener una cita privada, sin pareja, para evitar inhibiciones

• Dietas mágicas.
Me refiero a esas pastillas o dietas milagrosas que nos hacen perder 10 kilos en 3 días. Tenemos que recordar siempre qué y por cuánto tiempo tomamos un medicamento, para que el médico nos estudie y tenga más que claro el daño que pueden provocarnos. Sabemos que el médico puede llamarnos la atención, quizá por eso no decimos nada

- Recuerde:
“El juramento hipocrático hace que lo que usted hable con su médico no pueda ser divulgado. Confíe. Un diagnóstico a tiempo puede ser su salvación”

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