Tres de cada cuatro trabajadores de atención de salud de EE. UU. usan alguna forma de medicina o práctica complementaria o alternativa que los ayude a mantenerse sanos, muestra un informe reciente.
Además, médicos, enfermeras y sus asistentes, técnicos de salud y administradores de atención de salud en realidad eran más propensos que el público general a usar una variedad de opciones de medicina alternativa, como masajes, yoga, acupuntura, Pilates o medicamentos herbales.
"Nadie había hecho este tipo de análisis antes, así que cuando vi nuestros resultados, realmente me sorprendieron", reconoció la coautora del estudio Lori Knutson, directora ejecutiva del Instituto Penny George de Salud y Sanación del Sistema de Salud Allina en Minneapolis. "Pero fue una sorpresa agradable. Porque esto significa claramente que incluso nuestros trabajadores de atención de salud reconocen la necesidad de opciones alternativas en la búsqueda de formas de mejorar nuestra salud y nuestras vidas".
Knutson y colegas reportaron sus hallazgos este mes en la revista Health Services Research.
Según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de EE. UU. (parte de los Institutos Nacionales de Salud), alrededor del 38 por ciento de los estadounidenses usan actualmente alguna forma de medicina complementaria o alternativa, que también puede incluir complementos dietéticos, meditación, servicios quiroprácticos, Pilates, y medicina ayurvédica o china tradicional.
Los datos de la encuesta, recolectados en 2007 como parte de la Encuesta nacional de entrevista de salud, observó el uso en una muestra nacionalmente representativa de 14,300 adultos que trabajaban y que tenían una edad 18 años o más. Unos 1,300 de los encuestados eran proveedores de atención de salud y trabajadores empleados en un hospital o clínica ambulatoria.
La encuesta cubrió 36 formas distintas de opciones, entre ellas terapias que involucran la manipulación del cuerpo, terapias de cuerpo y mente y biológicas, y tratamientos de sanación con energía.
Se halló que médicos y enfermeras eran el doble de propensos que los trabajadores de respaldo de atención de salud no clínicos a haber probado un servicio de medicina complementaria o alternativa provisto por un profesional (como un quiropráctico) en el año anterior.
También eran casi tres veces más propensos a haberse tratado a sí mismos usando métodos complementarios o alternativos, en comparación con sus colegas técnicos o administrativos.
En general, se encontró que los trabajadores de atención de salud eran usuarios más frecuentes de medicina complementaria o alternativa que las personas ajenas al sector de la atención de salud. El 76 por ciento de los trabajadores de atención de salud dijeron que habían usado esos métodos en el año anterior, frente a 63 por ciento de las personas que trabajaban en campos no relacionados con la atención de salud.
E incluso cuando las dietas, vitaminas, minerales y/o complementos herbales fueron excluidos del rango de opciones, los trabajadores de atención de salud seguían siendo significativamente más propensos a haber probado un producto o servicio de medicina complementaria en el año anterior que el público general (41 frente a 30 por ciento).
Pero los motivos de que los trabajadores de atención de salud recurrieran a la medicina alternativa o complementaria eran similares a los vistos en otras personas. Las tres preocupaciones más prevalentes eran el dolor de espalda, de cuello o articular.
"En general, la cultura occidental ha creído que los servicios y técnicas complementarias no están tan bien investigados y basados en evidencia como la medicina convencional", anotó Knutson. "Pero ya no es así. Y lo que espero que salga de este conocimiento sobre el uso de los profesionales de las opciones complementarias es una apertura en la conversación entre proveedores y pacientes sobre el uso y potencial de la medicina alternativa".
Judy Blatman, vocera del Consejo de Nutrición Responsable, con sede en Washington, D.C., que representa al sector de los complementos, se hizo eco de esa idea.
"Estos resultados no son sorprendentes, y de hecho hemos tenido resultados parecidos al observar las actitudes y la utilización de los profesionales de la atención de salud de los complementos dietéticos", anotó. "Esto es coherente con nuestra propia investigación".
Blatman dijo que "estaría de acuerdo en que ver que las mismas personas que se consideran como líderes de la salud están cada vez más dispuestas a ir más allá del modelo tradicional de tratamiento podría ser muy útil para los consumidores. Porque con frecuencia hallamos que los pacientes no se sienten cómodos hablando con sus proveedores sobre las disciplinas no tradicionales por temor a que no se les tome en serio. Esto debe hacer que todos se sientan más cómodos".
Generalmente, los expertos aconsejan que cualquier paciente que recurra a una terapia alternativa o complementaria consulte primero a su médico.
Dado que los complementos dietéticos no son regulados por la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. de la misma forma que los medicamentos tradicionales, y algunos complementos interactúan con esos medicamentos, los pacientes deben también hablar con su médico antes de tomar complementos y mantenerles al día sobre cualquier complemento o medicamentos alternativo que usen.
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