Pero el beneficio del ácido docosahexaenoico (ADH) no siempre fue evidente en el estudio sobre mujeres mexicanas y los autores opinan que no es universal.
Con un refuerzo materno de ADH, "no aparecen grandes efectos. Sí hallamos una tendencia general positiva", precisó Usha Ramakrishnan, de la Emory University en Atlanta.
Los ácidos grasos como el ADH se encuentran en las células inmunológicas. Pero estudios previos sobre sus efectos en niños o adultos habían obtenido "resultados inconsistentes", escribe en la revista Pediatrics el equipo de Ramakrishnan.
Los autores convocaron a más de 1.000 embarazadas (con cuatro o cinco meses de gestación), que estaban recibiendo atención prenatal en un hospital y varia clínicas de Cuernavaca, en México.
La mitad tomó dos dosis diarias de 200 miligramos (mg) de ADH y la otra mitad (grupo de control) tomó dos cápsulas diarias de placebo (una mezcla de aceite de maíz y soja).
Las participantes utilizaron los suplementos hasta el parto. Luego, llevaron a los bebés al hospital de Cuernavaca para realizar tres controles (a 1, 3 y 6 meses de vida), en los que detallaron síntomas recientes en los niños.
Al mes, los bebés de las usuarias de ADH tendían a tener menos síntomas de resfrío que el otro grupo de bebés. Un 38 por ciento de los bebés del grupo tratado con ADH tuvo síntomas de resfrío las dos semanas previas a la consulta, comparado con el 45 por ciento del grupo de control.
El equipo no pudo descartar si esa diferencia se debió al azar.
A los 3 y 6 meses, no se registraron diferencias claras entre los grupos en cuanto a los síntomas de resfrío. Pero entre los bebés que se resfriaron, los síntomas desde la última consulta duraron menos en los hijos de las mujeres tratadas con ADH.
En un par de casos, los bebés de mujeres tratadas con ADH tuvieron síntomas por más tiempo que el grupo de control. Por ejemplo, en la consulta a los 3 meses, los bebés resfriados habían acumulado un día más de síntomas, según las madres.
Ramakrishnan consideró que el uso de ADH durante el embarazo suele ser seguro, por lo menos en las dosis estudiadas. (Dosis más altas están asociadas con la aparición de sangrado).
La dosis diaria de 400 mg es bastante parecida a la dosis de una vitamina prenatal o lo que las madres ingieren por semana con un par de porciones de pescado, finalizó la autora.
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