jueves, 7 de julio de 2011

Evitar la insuficiencia cardíaca, enfermedad crónica grave, común y en aumento

La insuficiencia cardíaca ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para abastecer las necesidades del cuerpo. La Asociación Americana del Corazón indica que la insuficiencia cardíaca es una epidemia en crecimiento. La ”Mayo Clinic Health Letter” cubre algunas de las razones para la mayor prevalencia de la insuficiencia cardíaca y las alternativas existentes para evitarla.

La insuficiencia cardíaca generalmente se desarrolla después de algún daño o debilitamiento del corazón debido a otras afecciones. El drástico aumento en la insuficiencia cardíaca coincide con una población que envejece y está compuesta por más gente con enfermedades cardíacas, así como con mayores tasas de supervivencia entre quienes sufrieron un ataque cardíaco.

Con el tiempo, el corazón afectado por una enfermedad subyacente cambia y pierde su función. Los ventrículos, que son las cámaras de bombeo principales, pueden tornarse rígidas y no llenarse bien entre uno y otro latido. El músculo cardíaco podría entonces debilitarse. Los ventrículos pueden estirarse, disminuyendo la eficacia con la que bombean. Por su parte, la hipertensión, las válvulas cardíacas defectuosas, los ritmos cardíacos anormales, la diabetes y otros factores también contribuyen a la insuficiencia cardíaca. Entre las señales y síntomas de la insuficiencia cardíaca están falta de aire e hinchazón de las piernas.

Podría ser necesario recurrir a medicamentos para tratar las afecciones subyacentes que aumentan el riesgo de presentar insuficiencia cardíaca. Existen muchas alternativas, entre las cuales están las siguientes:

Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA): estos medicamentos relajan los vasos sanguíneos, disminuyendo la presión sanguínea, mejorando el flujo de la sangre y reduciendo la carga de trabajo para el corazón. Entre algunos ejemplos están el enalapril (Vasotec), el lisinopril (Prinivil, Zestril) y el captopril (Capoten).

Bloqueadores de los receptores de la angiotensina II (BRA): éstos ofrecen muchos de los mismos beneficios de los inhibidores de la ECA y son la alternativa cuando no se toleran dichos inhibidores. Entre las alternativas están el losartán (Cozaar), el valsartán (Diovan) y otros.

Digoxina (Lanoxin): Este medicamento mejora la fuerza de las contracciones del músculo cardíaco y suele hacer más lento el latido del corazón.

Bloqueadores beta: estos fármacos disminuyen la frecuencia cardíaca, reducen la presión sanguínea y podrían disminuir el riesgo de presentar ciertos ritmos cardíacos anómalos. Entre algunos ejemplos están elbisoprolol (Zebeta), el carvedilol (Coreg) y el metoprolol (Lopressor).

Diuréticos: Estos medicamentos provocan micción frecuente para evitar que se acumulen líquidos en el organismo. Entre algunos ejemplos están la bumetanida (Bumex), la furosemida (Lasix) y la hidroclorotiazida.

La adopción de un estilo de vida sano ayudaría a evitar la insuficiencia cardíaca. Entre los factores importantes del estilo de vida están el evitar consumir tabaco, mantener un peso sano, ingerir una alimentación sana para el corazón, limitar el consumo de alcohol y realizar actividad física.

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica grave. La tasa de mortalidad después de cinco años desde el diagnóstico es de 50 por ciento para los hombres y de 46 por ciento para las mujeres.

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