viernes, 1 de julio de 2011

Más evidencia de que los escáneres por TC son mejores en la detección del cáncer de pulmón

La evaluación rutinaria de las personas que fuman hace mucho y de los ex fumadores empedernidos para detectar el cáncer de pulmón usando escáneres por tomografía computarizada (TC) puede reducir la tasa de muerte en veinte por ciento, en comparación con las personas que son evaluadas usando radiografías de tórax, según un importante estudio del gobierno de EE. UU.

El Ensayo nacional de evaluación del pulmón incluyó a más de 53,000 fumadores actuales y ex fumadores empedernidos entre los 55 y 74 años de edad que fueron asignados al azar a un "escáner por TC helicoidal de baja dosis" o a una radiografía del tórax una vez al año durante tres años.
Estos resultados, que mostraron que los que recibieron los escáneres por TC eran veinte por ciento menos propensos a morir que los que recibieron solo radiografías, se publicaron inicialmente en la edición de noviembre de 2010 de la revista Radiology.

El nuevo estudio, que aparece en la edición del 29 de julio de la revista New England Journal of Medicine, ofrece un análisis más completo del ensayo, que fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. Detectar antes los tumores de pulmón ofrece a los pacientes la oportunidad de un tratamiento más temprano.

Los datos mostraron que en el transcurso de tres años alrededor del 24 por ciento de las evaluaciones por TC helicoidal de baja dosis resultaron positivas, mientras que poco menos del siete por ciento de las radiografías de tórax resultaron positivas, lo que significa que había una lesión sospechosa (anomalía en el tejido).

La TC helicoidal, también llamada escáner por TC "espiral", provee una imagen más completa del pecho que una radiografía, señalaron los expertos. Mientras una radiografía es una imagen individual en que las estructuras anatómicas se solapan entre sí, una TC espiral captura imágenes de capas múltiples de los pulmones, creando una imagen tridimensional.

Alrededor del 81 por ciento de los pacientes de escáner por TC necesitaron imágenes de seguimiento para determinar si la lesión sospechosa era cáncer. Pero apenas alrededor de 2.2 por ciento necesitaron una biopsia de tejido del pulmón, mientras que otro 3.3 por ciento necesitó una broncoscopia, en que se inserta un tubo en las vías respiratorias.

"Esto nos hace muy felices. Creemos que significa que la mayoría de estos exámenes positivos pueden ser seguidos con imágenes, no con un procedimiento invasivo", señaló la Dra. Christine D. Berg, coinvestigadora del estudio y subdirectora en funciones de la división de prevención del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer.
La gran mayoría de evaluaciones positivas fueron "falsos positivos", con un 96.4 por ciento de los escáneres por TC y 94.5 por ciento de las radiografías. Un falso positivo significa que la evaluación detecta una anomalía que resulta no ser cancerosa.
La mayoría de anomalías resultaron ser nódulos linfáticos o tejidos inflamados, como cicatrices de infecciones previas.

Durante unos seis años de seguimiento, hubo 247 muertes por cáncer de pulmón por cada 100,000 personas-años en el grupo de TC de dosis baja, y 309 muertes por 100,000 personas-años en el grupo de radiografía, una diferencia del veinte por ciento.
"Es una gran noticia. Sabemos que los individuos que fuman están en mayor riesgo de cáncer de pulmón, pero nunca habíamos tenido una evaluación que les ofreciera detectar la enfermedad antes, cuando es más tratable", señaló la Dra. Therese Bevers, directora médica del Centro de Prevención del Cáncer del Centro Oncológico M.D. Anderson, en Houston. "Ahora podemos ofrecer a esta población en alto riesgo una prueba que puede reducir sus probabilidades de morir por esta enfermedad".

Entre los participantes del estudio había personas que habían fumado al menos 30 "paquetes años", o sea, fumadores actuales o ex fumadores que habían fumado un paquete por día durante al menos treinta años, o dos paquetes al día durante al menos quince años.
Los pacientes del estudio que sobrevivieron al cáncer de pulmón lo lograron porque una prueba lo detectó temprano, antes de que se propagara a otros lugares del cuerpo, y cuando aún se podía extirpar mediante cirugía, planteó Berg.

Los escáneres por TC fueron eficaces en detectar tanto adenocarcinomas, que comienzan en las células que recubren los pulmones, como carcinomas de las células escamosas, que surgen de las células delgadas, planas y parecidas a las escamas de los peces que recubren los pasajes de las vías respiratorias. Los escáneres por TC no fueron tan buenos en la detección precoz del cáncer de pulmón de células microcíticas, un tipo de cáncer de pulmón agresivo y menos común, dijo Berg. (Las radiografías también tuvieron menos probabilidades de detectar ese tipo de cáncer).

Pero aún quedan preguntas, plantó el Dr. Harold Sox, profesor emérito de medicina de la Facultad de medicina de la Dartmouth, que escribió un editorial acompañante en la revista. Según el Instituto Nacional del Cáncer, las TC espirales cuestan entre $300 y $1,000, lo que significa que las compañías de seguro y los diseñadores de políticas deben considerar quién las pagará, y quién las debe recibir.
El ensayo también encontró que alrededor del uno por ciento de las personas que se sometieron a cirugía para extirpar un tumor canceroso murieron. A nivel nacional, el número se acerca al cuatro por ciento, apuntó Sox, una tasa de complicaciones postquirúrgicas que tiene el potencial de eliminar parte de las ventajas de la detección precoz para salvar vidas.

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