El estrés y las enfermedades cardiovasculares.
Los que controlan sus niveles de estrés rebajan el riesgo de sufrir un infarto. Un estudio indica que realizar meditación rebaja en un 47% este riesgo.Aquellas palabras que avisan de que 'las prisas nunca son buenas' parecen tener un sentido más amplio que el de una simple frase hecha. Así se desprende de las conclusiones del último estudio publicado en 'Archives of Internal Medicine', donde se ha estudiado la evolución de 201 personas afroamericanas que han superado una enfermedad cardiovascular.
La investigación, que ha contado con un periodo de seguimiento de cerca de nueve años, estudió la incidencia del estrés como factor de recaída en un nuevo accidente cardiovascular. Así, se dividió a estos pacientes en dos grupos de forma aleatoria: mientras un grupo seguía el plan de prevención secundaria normal -basado en el ejercicio físico, una dieta sana, fármacos, etc.-, al resto se le incluía también en un programa de meditación trascendental, es decir, una técnica sencilla mediante la que se consigue un estado de meditación-relajación que, vistos los resultados del estudio, se ha mostrado eficaz para la prevención secundaria cardiovascular.
"Las personas que han colaborado en este estudio tenían otros factores de riesgo que hay que cuidar como, por ejemplo, el sobrepeso, pero también se ha visto que, a largo plazo, el grupo que practicaba la meditación trascendental veía reducida en cerca de un 47% el riesgo a una recaída comparándolo con aquellos que seguían el plan normal", explican el director del Centro para la Medicina Natural y Preventiva, Robert H. Schneider, uno de los autores de este estudio.
Pero ¿cómo de importante es controlar el estrés para evitar un infarto cardiaco o un ictus? "Es tan importante como puede ser otros factores como la hipertensión, el colesterol o la obesidad", afirma tajante el doctor José Luis Zamorano, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
"El estrés es uno de los factores responsables de la subida de la tensión arterial que, a su vez, tiene un gran peso en los cuadros de enfermedades cardiovasculares. Además, sólo hay que observar que en la curva de edades donde más trastornos cardiovasculares se producen, hay una fuerte subida en aquellas personas adultas activas", añade el doctor Zamorano.
Precisamente, uno de los resultados más importantes del estudio que dirige el doctor Schneider se centra en el descenso de la tensión arterial sistólica (la cifrá má alta) en casi cinco mm. de mercurio. "Para darse cuenta de lo negativo que es el estrés en la salud, los especialistas lo dividimos en dos tipos", comenta el doctor José Calabuig, cardiólogo de la Clínica Universidad de Navarra. "Está el estrés físico, que se da, sobre todo, en la gente joven y cuando se practica un ejercicio físico severo y que deteriora el sistema inmunitario haciendo al cuerpo más vulnerable a las infecciones. En segundo lugar, nos encontramos el estrés psicosocial, que se relaciona con las hormonas del estrés y a largo plazo puede producir alteraciones en el sistema inmunitario", asegura en doctor Calabuig.
"En este caso, este tipo de hormonas se liberan y son las responsables de la subida de la tensión arterial o de que aumente la contracción del corazón, llegando incluso hasta la aterosclerosis", explica Calabuig. "Pero es más, ya existen estudios que también se atreven a relacionar los altos niveles de estrés con el cáncer, por lo que estamos hablando de un factor de riesgo de primer orden", añade.
- ¿Por qué cuesta tratar el estrés?
Aunque el estudio se ha realizado en pacientes afroamericanos, los especialistas comentan que el estrés no afecta más o menos dependiendo de la raza, edad o sexo. "Así, los resultados pueden ser parcialmente extrapolables", indica el doctor Zamorano, "sí que es cierto que la población afroamericana suele sufrir de una hipertensión más complicada que la de un europeo, pero lo más relevante es que en España el médico no trata el estrés, es decir, se sabe que existe, pero no se trata y, sin embargo, no sirve con decir al paciente que intente llevar una vida más reposada, sino que necesita ayuda", explica.
Por ello, además de paliar con medicamentos la hipertensión, el colesterol y recomendar tanto el ejercicio como una vida sana, también se aconseja una gestión apropiada del estrés. "Aunque en EEUU y en algunos países europeos, como Alemania, ya se trata como un factor importante en muchas enfermedades, en España y otros países existe el problema de que no se conoce la trascendencia dañina del estrés por lo que hay muy pocos centros de rehabilitación cardiaca", comenta el doctor Zamorano.
"Sólo doy un dato: en España se producen cada año unos 70.000 infartos. De los 30.000 que sobreviven a este ataque sólo un 4% lleva a cabo un programa de rehabilitación cardiaca. La conclusión de todo esto es que se está infravalorando al estrés, un error que puede costar vidas", afirma el doctor Calabuig.
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