La música es un excelente método de estimulación prenatal, relaja y calma a la madre y a su hijo. Si bien se recomienda utilizarla a partir del quinto mes de gestación, se pueden entregar al niño los beneficios emocionales de la música aún antes de que empiece a oír.
El feto dentro del útero percibe los latidos cardíacos y los movimientos respiratorios maternos y éstos son para él sus parámetros de bienestar. Por lo tanto, se dice que las embarazadas que diariamente dedican un tiempo para relajarse escuchando música, pueden ayudar a sus bebés a sentirse más calmados y felices.
El doctor José Luis Martínez, neonatólogo de Clínica Las Condes, afirma que “la música produce relajación y esto genera una descarga hormonal y de endorfinas que se traducen en una sensación de bienestar que se acompaña de una frecuencia cardiaca sin variaciones y una respiración materna tranquila y rítmica. Eso, indudablemente beneficia a la madre y a su hijo”.
Los sonidos antes de nacer
Clara Ventura, Consultora Tomatis, especializada en el trabajo audio-vocal y con formación en el Centro Internacional Tomatis de Paris, sostiene que las investigaciones del doctor Alfred Tomatis lograron establecer que el oído se desarrolla completamente a los 4 meses y medio de gestación.
“El niño empieza a percibir sonidos a partir de ese momento y lo que mejor oye es la voz materna. Esta viaja a nivel del sistema óseo, es decir, los sonidos que la madre produce se transmiten a través de los huesos de la pelvis, que funciona como una verdadera bóveda, y la vibración de esos sonidos va directamente al feto”.
La especialista señala que además el niño tiene la capacidad de discriminar sonidos, es decir, bloquea los de frecuencia baja, como los que emiten los órganos, fluidos internos de la madre o la respiración, y elige escuchar los de frecuencia alta, como la voz de su mamá.
Distintos experimentos científicos revelan que el feto es capaz de oír y que la música colabora con el fortalecimiento del vínculo que une a una madre con su hijo. La doctora Sheila Woodward, especialista en Educación Musical y Filosofía de la Universidad de Cape Town (Sudáfrica), ha sugerido que el oído del niño en gestación comienza a formarse el día 22, y que adquiere una madurez estructural a partir del quinto mes del embarazo.
Es por eso que la música tranquila y las canciones de cuna que la madre canta o escucha llegan a oídos de su hijo a partir del quinto mes de gestación. Según la especialista, este tipo de música estimula la estructuración y el desarrollo del cerebro del niño, facilitando de esta forma el establecimiento de la red neuronal, mejorando la función cerebral.
Recuerdos felices
El doctor José Luis Martínez afirma que “al nacer los niños son capaces de reconocer los sonidos conocidos, lo que les provoca tranquilidad y seguridad. Y a través del apego los niños reconocen los latidos de la madre, su respiración y su voz, lo que se complementa muy bien con música conocida”.
Agrega que en etapas posteriores “es muy útil usar estos estímulos positivos en situaciones de llanto o cólicos. Estas técnicas junto al masaje infantil son muy empleadas antes de recurrir a medicamentos”.
En este sentido, Clara Ventura sostiene que “la música ayuda al pequeño a potenciar su memoria, ya que se ha demostrado que a partir del tercer trimestre es capaz de recordar un sonido y relacionarlo con uno que ha escuchado con anterioridad”.
Agrega que “también se utiliza, en niños y en adultos, la voz materna filtrada para resolver problemas emocionales. Para lograr este beneficio se recrea la vida en el útero a través del sonido, por eso es importante que las madres guarden un CD con canciones o melodías que ellas mismas han escogido o creado”, comenta la consultora Tomatis.
Una melodía especial
Investigaciones realizadas por un grupo de psicólogos ingleses han demostrado que los bebés recuerdan las melodías que han escuchado dentro del vientre materno. Según informes de la doctora Alexandra Lamont, de la Universidad de Leicester, los bebés, durante el primer año de vida, pueden recordar y preferir la música que oyeron durante su gestación. Probablemente, señala la especialista, desarrollan una sensación de "familiaridad" con esta música.
Esta investigación durará en total 20 años, y los primeros resultados indican que si se hace escuchar a un bebé una melodía determinada durante los últimos tres meses de gestación, y después de los tres meses de vida se repite esa melodía, ellos buscan con sus ojos la fuente de donde sale la música, no así, si se les hace escuchar cualquier otra.
Asimismo, se ha observado que a partir del primer año de edad los niños tienen mayor preferencia por la música viva y rápida como "Las cuatro estaciones", de Vivaldi, por ejemplo. Actualmente se está evaluando en qué medida esta estimulación prenatal que reciben mediante la música, sirve para desarrollar sus capacidades intelectuales o habilidades musicales a largo plazo.
Según el doctor Martínez, la música debe ser suave y sin grandes variaciones de volumen ni de ritmos. “La música clásica y en especial el piano, son muy útiles para relajarse. También es adecuada la específica para relajación que incluye sonidos naturales como el de las olas”.
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