Los calores nocturnos, los problemas para dormir, los cambios de humor, la fragilidad en los huesos y la resequedad vaginal son algunos de los cambios y las molestias que se asocian con la menopausia.
Por eso, muchas mujeres desean y necesitan ayuda para aliviarlos. Para evitar las complicaciones y los riesgos asociados con los tratamientos de reemplazo hormonal, varias han preferido utilizar los suplementos de soya (soja), un producto que hasta hace poco se consideraba efectivo para las síntomas de la menopausia. Resulta que un estudio reciente desmiente su efectividad. ¿Qué hay de cierto?
Hace un tiempo, Marianela se despertó de pronto en medio de la noche cubierta de sudor. En aquel momento lo achacó a un mal sueño, pero cuando los sudores volvieron a repetirse unas cuantas noches después, hasta se rió de su inocencia… Comprendió entonces que había comenzado “el cambio”, esa etapa en la vida de la mujer en la que se reducen los niveles de estrógeno y de progesterona (las hormonas femeninas) y comienzan entonces los achaques que afectan a 8 de cada 10 de las mujeres que la atraviesan, en mayor o menor medida. Es la temida menopausia y su antesala, la perimenopausia.
Al igual que muchas mujeres, temiendo los efectos negativos de la tradicional terapia de reemplazo hormonal, Marianela optó por buscar alivio en suplementos naturales, entre los que se encuentran las tabletas de isoflavonas de soja, una solución que ella consideró más natural y sin contraindicaciones.
La selección de Marianela cuenta con el respaldo de una parte de la comunidad científica. Que la soja (soya) resulta efectiva y segura es la conclusión a la que llegaron varios doctores españoles en una revisión de estudios presentados durante el III Congreso de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia celebrado recientemente en Granada. Según los informes, las isoflavonas de soya (soja) son eficaces a la hora de reducir los sofocos (calores) de la menopausia y pueden hacerlo hasta en un 80% si se toman en la concentración adecuada, unos 75 mg de isoflavonas de soja (soya) para ser exactos. Hay que tomarlos por medio de pastillas o preparados farmacológicos, ya que la cantidad de soja en la dieta e incluso en suplementos, no proporciona esta cantidad ideal para aliviar los síntomas.
Los científicos españoles concuerdan, además, en que las isoflavonas de soja (soya) tienen menos riesgos que la terapia hormonal sustitutiva y podrían reducir la aparición de fracturas (huesos rotos) causadas por la osteoporosis, así como prevenir riesgos cardiovasculares, según indica una investigación publicada en la revista Journal of Nutrition.
Sin embargo, no hay un consenso en cuanto a su efectividad. Un nuevo estudio publicado en Archives of Internal Medicine, concluye que las mujeres que tomaron a diario suplementos de soja durante dos años, no obtuvieron ninguna mejoría en sus síntomas en comparación con las que consumieron solamente un placebo. El estudio estuvo a cargo de investigadores del Centro de Osteoporosis de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, Estados Unidos, y en él participaron 248 mujeres que habían llegado recientemente a la menopausia. Durante dos años, la mitad de ellas tomó 200 mg de isoflavonas de soya (soja) a diario mientras que la otra mitad tomo píldoras de placebo. Al final del estudio, las mujeres de ambos grupos, la mayoría de ellas hispanas, habían perdido la misma cantidad de densidad ósea en la columna y en la cadera, y registraron más o menos la misma cantidad de molestias, con la excepción de un ligero aumento del porcentaje de sofocos curiosamente en el grupo que tomó las isoflavonas de soja (soya).
¿Quién tiene la razón?
Quizás sean necesarios nuevos estudios, no sólo para aclarar la controversia en torno a la efectividad de las isoflavonas de soja (soya), sino para encontrar métodos efectivos y poco riesgosos para el manejo de los síntomas. Mientras tanto, te recuerdo lo que sí puedes hacer para hacer más llevaderos los sofocos y otras molestias de la menopausia:
• Limita tu consumo de las bebidas alcohólicas.
• Consume más bebidas frías, en lugar de calientes como el café, o el té.
• Ingiere comidas más pequeñas con mayor frecuencia, para reducir el aumento de calor corporal generado cuando se come mucho de una sola vez.
• Incorpora a tu dieta mayores cantidades de alimentos altos en fibra y bajos en grasa.
• No fumes.
• Usa ropa de algodón ligera y vístete en capas para poder quitarte algo de ropa si los sofocos te sorprenden durante el día.
• Mantén tu entorno fresco y bien ventilado y al igual que con las prendas de vestir, selecciona la ropa de cama de fibras naturales como el algodón o la seda en lugar de las sintéticas.
• Trata de reducir tu nivel de estrés: camina a diario, baila, haz ejercicios de relajación o meditación o escucha música relajante. Busca cualquier medio a tu alcance para reducir el estrés que inevitablemente se produce en la vida diaria.
• Sigue un plan de ejercicios de acuerdo a tu horario y tu estado físico. Lo más importante es que lo realices con regularidad.
• No te olvides que es muy importante que consumas mínimo 1200 mg de calcio al día o el equivalente a cuatro porciones de alimentos que contengan calcio. Siempre es mejor que obtengas el calcio en tus alimentos porque obtienes otros nutrientes. Quizá sea necesario que tomes un suplemento de vitamina D. Pregúntale a tu médico. Idealmente chequeará tu nivel en la sangre primero para asesorarte.
• Dale prioridad a tu vida sexual. Las relaciones sexuales frecuentes estimulan el flujo sanguíneo a la vagina y contrarrestan la resequedad que ocurre también debido a la menopausia.
Todas estas medidas te ayudarán a manejar mejor los síntomas y hasta a mejorar tu salud. Y no dudes en consultar con tu médico si los sofocos se hacen muy intensos o las molestias te impiden llevar una vida normal. Aunque la menopausia sea un proceso natural, no tienes que enfrentarlo sola, y mucho menos en medio de la controversia en torno a las isoflavonas de soya (soja).
La calidad de tu vida es muy importante y aun en la menopausia tienes derecho a disfrutarla.
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