La falta de vitamina B-12 podría asociarse con un menor tamaño cerebral y más problemas con las habilidades de pensamiento a medida que las personas envejecen, sugiere una nueva investigación.
Y el número de personas que sufren de deficiencias de la B-12 podría ser mayor de lo que se pensaba, ya que los métodos actuales para medir los niveles de la vitamina podrían no ser precisos, señaló Christine C. Tangney, autora líder de un estudio que aparece en la edición del 27 de septiembre de la revista Neurology. El estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento de EE. UU.
Los investigadores evaluaron los niveles de vitamina de las participantes del estudio no solo a partir de los niveles mismos de B-12, sino de metabolitos sanguíneos que se consideran marcadores de la actividad de la B-12 (o la falta de la misma) en los tejidos.
Pero los hallazgos no son suficiente para comenzar a recomendar a las personas que tomen complementos de B-12 para activar sus cerebros, advirtió el Dr. Marc L. Gordon, jefe de neurología del Hospital de Zucker Hillside de Glen Oaks, Nueva York. Gordon no participó en el estudio.
"Cuando se tiene una medida como esta, no está exactamente claro si es causal, o si reducir el marcador provocará un cambio en el riesgo", apuntó.
Y a menos que se sea un vegano estricto, la mayoría de personas consumen suficiente vitamina B-12, que es crítica para la salud del cerebro, a partir de la dieta, sobre todo de productos derivados de los animales, añadió Gordon, quien es también investigador sobre el Alzheimer del Instituto Feinstein de Investigación Médica en Manhasset, Nueva York.
La B-12 es esencial para la salud cerebral, pero puede convertirse en un problema a medida que las personas envejecen porque el cuerpo se hace menos capaz de absorberla. Ciertos fármacos también pueden afectar la absorción. Entre éstos se hallan los inhibidores de la bomba de protones, muy usados para reducir el ácido estomacal, y el inmensamente popular fármaco para la diabetes metformina (Glucophage).
Los autores del nuevo estudio no observaron solamente los niveles de B-12, sino cinco marcadores sanguíneos distintos de la vitamina que indican "si la B-12 está activa en los tejidos", apuntó Tangney, profesora asociada del departamento de nutrición clínica del Centro Médico de la Universidad de Rush, en Chicago.
Estos marcadores podrían en realidad ser mejores indicadores de cuánta vitamina B-12 absorbe el cuerpo que la vitamina B-12 en sí misma, añadió.
En este estudio de 121 personas mayores negras y blancas que participaban en el Proyecto de Salud y Envejecimiento de Chicago, se extrajo y evaluó sangre de los voluntarios para evaluar los metabolitos relacionados con la B-12. También tomaron 17 pruebas para medir su memoria y agudeza mental (habilidades cognitivas).
Alrededor de 4.5 años más tarde, los investigadores midieron los volúmenes cerebrales de los participantes mediante IRM, y evaluaron otras señales de daño cerebral. Los niveles altos de cuatro de los cinco marcadores se relacionaron con un volumen más pequeño en el cerebro y/o puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas, en comparación con las personas que tenían niveles más bajos de los marcadores.
"Esto sugiere que medir los niveles de la B-12 misma no es suficiente para decir si una persona tiene deficiencia o no", apuntó Tangney. "Tenemos que ser cuidadosos y pensar sobre otros indicadores".
Si los niveles de B-12 de una persona están en el umbral de la normalidad, quizás sea razonable evaluar otras medidas, dijo Gordon.
Tangney dijo que los resultados del estudio sugieren que las deficiencias de B-12 contribuyen a la atrofia (encogimiento) cerebral, lo que a su vez puede contribuir a los problemas cognitivos. Sin embargo, también advirtió que no se deben hacer cambios en la dieta ni sacar conclusiones demasiado firmes a partir de estos hallazgos. Anotó que se basaron en datos de un número reducido de personas.
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