Esta idea ya fue discutida por varios especialistas desde el siglo XIX, y desde entonces los estudios que demuestran el poder de una sonora carcajada son cada vez más numerosos. Ahora, se suma un nuevo hallazgo que afirma que la risa puede tener los mismos efectos que el ejercicio físico moderado sobre dos hormonas relacionadas con el apetito. No dejes ni de leer este artículo… ni de reír.
Si el estrés genera varios problemas de salud, entonces, la tranquilidad debería hacerle bien. Más aún, hay muchos estudios que analizan como la alegría, y en especial la risa, tienen efectos positivos tanto en la salud como en la recuperación de las personas enfermas.
Esta idea no es nueva y hasta ha sido llevada al cine en la película que refleja un estilo de atención médica muy original que implementó Hunter “Patch” Adams, un médico que en la década de 1970 creó una fundación que utilizaba la risa y el humor como modo de curación. Mucho antes, incluso, ya a fines del siglo XIX, el médico austríaco Sigmund Freud, conocido como el padre del psicoanálisis, ya valoraba los beneficios que el acto de reír aporta al organismo, al liberarlo de la energía negativa.
Desde entonces muchos estudios han demostrado que la risa, por ejemplo, actúa como un masaje interno que pone en movimiento más de 400 músculos del organismo (entre ellos el corazón), mejora la digestión, evita el estreñimiento, fortalece el sistema de defensas, permite que llegue más cantidad de oxígeno a todos los órganos, libera las tensiones, desinhibe, reduce el nivel de estrés y hasta ayudaría a perder peso.
Como si todo esto fuera poco, unos investigadores de Loma Linda University, en Estados Unidos, añadieron un nuevo hallazgo, según el cual las carcajadas pueden provocar el mismo efecto que el ejercicio físico moderado, ya que provoca cambios en dos hormonas relacionadas con el apetito: la leptina y la grelina.
Dirigido por el especialista en psico-neuroinmunología de dicha universidad, Lee S. Berk, durante tres semanas el equipo de investigadores examinó los efectos tanto de la risa alegre como de la angustia en la modulación de dichas hormonas, que resultan esenciales para el control del apetito.
Para ello, los científicos les mostraron videos de 20 minutos a cada uno de los participantes, en los que aparecían al azar imágenes de situaciones angustiosas o humorísticas, y luego compararon los niveles de estas hormonas, antes y después de que vieron los videos.
Así, detectaron que los voluntarios que vieron la película más dramática no mostraron un cambio estadísticamente significativo en los niveles hormonales. Por el contrario, en quienes vieron el video de humor, sí se modificaron: el nivel de leptina se redujo y el de grelina aumentó. Este es el mismo efecto que provoca el ejercicio físico moderado que a menudo se ha asociado con el incremento del apetito.
Berk y sus colaboradores estudian los efectos de la risa sobre el organismo desde la década de 1980. Han detectado, por ejemplo, que la risa ayuda a mejorar las hormonas del sistema endocrino y a reducir dos hormonas relacionadas con el estrés (la cortisona y la epinefrina), así como a disminuir el nivel del colesterol en sangre y a regular la presión sanguínea.
Del mismo modo, demostraron que la risa tiene efectos positivos en la regulación del sistema de defensas, porque aumenta la producción de anticuerpos y la activación de ciertas células protectoras del organismo, como los linfocitos T citotóxicos, que son importantes para evitar la formación de tumores.
Teniendo todos estos resultados en cuenta, varias organizaciones y agrupaciones a nivel mundial ya aplican de uno u otro modo lo que se conoce como Risoterapia que, como su nombre lo indica, es un método de curación basado en la risa. Entre otros, se le utiliza como fuente de relajación y rejuvenecimiento para tratar el estrés y la depresión, así como el insomnio y los problemas cardiovasculares y respiratorios.
Ahora que sabes que la risa puede ayudarte a mantener una buena salud,
¿qué esperas para compartir un chiste, o alquilar una comedia de humor?
¡A reír se ha dicho!
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