“Cuidado con la papa, que engorda”…
y cómo no, si la sirven cubierta de crema, queso, o en montañas de papitas fritas. Así surgió la leyenda negra en torno a la papa, y muchos la desterraron por completo de su dieta. Una lástima, ya que en realidad es un alimento que contiene muchos nutrientes esenciales para la salud. Un estudio reciente llega a salvar su reputación, ya que ha encontrado que el consumo diario de este tubérculo ayuda a mantener y a disminuir el nivel de la presión arterial, aún en personas que toman medicación para controlarla… ¡y sin subir de peso! Entérate aquí de los detalles y descubre los beneficios nutritivos de la papa.
La historia de la papa comenzó hace unos 8.000 años, cerca del lago Titicaca, que está a 3.800 metros sobre el nivel del mar, en la frontera entre Bolivia y Perú, donde todavía hoy se cultivan miles de variedades de papas diferentes.
Con el tiempo, el consumo de este tubérculo se fue expandiendo y hoy está presente en la cocina de todo el mundo: se usa en el curry en la India, en la pasta en Italia, cocida con bananos en Costa Rica, al horno con arroz en Irán y frita con judías verdes (ejotes) en Etiopía, por ejemplo.
La consideran tan importante, que el 2008 fue declarado el año internacional de la papa por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y desde entonces se promueve su uso para combatir el hambre y la carencia de alimentos en el mundo.
Cuando se consume sola, la papa es baja en grasas, rica en proteínas y con calorías que pueden transformarse rápidamente en energía. Consumida con su piel brinda casi la mitad de la cantidad diaria de vitamina C recomendada para un adulto, y una quinta parte del potasio sugerido, que ayuda a controlar la presión sanguínea. Además, contiene una cantidad moderada de hierro, vitaminas B1, B3 y B6, minerales como fósforo y magnesio, antioxidantes que pueden ayudar a prevenir enfermedades que se relación con el envejecimiento, así como fibra, ideal para el sistema digestivo.
Teniendo en cuenta estas características, un grupo de investigadores de la Universidad de Scranton en Pensilvania, Estados Unidos, realizó un pequeño estudio piloto para analizar los beneficios de la papa en la salud y logró probar que comer un par de porciones de papas al día podría reducir la presión arterial, sin causar aumento de peso.
Para llegar a estos resultados, analizaron a 18 pacientes con sobrepeso, muchos de los cuales tomaban medicamentos para la presión alta, y que comieron entre seis y ocho papas moradas pequeñas dos veces al día durante un mes. Al fin del período de análisis, los voluntarios habían logrado disminuir sus presiones sistólica y diastólica en 3,5 y 4,3 por ciento, respectivamente.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Para medirla, se considera el momento en que el corazón bombea la sangre, que determina el nivel de presión alta o sistólica, y el momento en que el corazón está en reposo, entre un latido y otro, que indica la presión baja o diastólica. Se considera que la presión está dentro de los límites normales cuando los valores están en 120 (presión diastólica) / 80 (presión sistólica), en un adulto en estado de reposo, o son ligeramente menores. Cuando los valores son más altos, es importante seguir algunos cuidados, ya que aumenta el riesgo de sufrir problemas de corazón.
En base a los resultados obtenidos, los investigadores consideran que las papas pueden ser un alimento sano si no se comen fritas o en forma de papitas, ni se cubren de sustancias ricas en grasa como el queso y la crema.
Para realizar el estudio, utilizaron papas moradas del tamaño de una pelota de golf, cocidas con su piel en el microondas, un método que los especialistas consideraron “saludable”, ya que no añade grasa ni calorías, ni destruye las sustancias sanas del tubérculo.
Cada método de preparación repercute en la composición de la papa y todos reducen el contenido de fibra y proteínas: hervidas pierden vitamina C (sobre todo si están peladas), fritas en aceite caliente absorben grasa y pierden minerales, y horneadas pierden un poco más de vitamina C que cocidas en agua, pero menos vitaminas y minerales.
Si bien se necesitan más investigaciones para conocer los beneficios que la papa le proporciona a tu salud, y en especial cómo afecta a las personas con diabetes, ahora sabes que estos tubérculos representan mucho más que simples calorías y que mucho depende de los alimentos que las acompañan y del método de preparación (específicamente de cocción) .
¿Ya estás pensando cómo las incluirás en tu próximo menú? Buen provecho.
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