Los niños que sufren bajo el ataque doble de la diabetes tipo 1 y el asma tienen dificultades especiales para mantener la glucemia bajo control, halla un estudio reciente.
Sin embargo, el motivo de por qué el asma podría complicar la atención de la diabetes pediátrica no está claro, y es "algo que se debe explorar más", afirmó la Dra. Anita Swamy, endocrinóloga pediátrica y directora médica del Centro de Diabetes Pediátrica de Chicago en el Hospital Pediátrico La Rabida de esa ciudad.
Swamy no participó en el estudio, que aparece en la edición de octubre de la revista Pediatrics.
Alrededor de 215,000 niños de EE. UU. tienen diabetes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. La mayoría de los niños tiene diabetes tipo 1, aunque la diabetes tipo 2 se está haciendo más prevalente en los niños. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el organismo ataca por equivocación a las células beta del páncreas, que producen insulina. La insulina es una hormona que ayuda al cuerpo a procesar los carbohidratos de los alimentos. La diabetes tipo 2 ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina, o cuando deja de usar la insulina con eficacia, según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association).
El asma es una enfermedad crónica que provoca inflamación de las vías respiratorias, y cuando alguien con asma se ve expuesto a un desencadenante, la afección provoca que los músculos de los pulmones se contraigan, dificultando la respiración. Unos siete millones de niños estadounidenses tienen asma, según los CDC.
Según el nuevo estudio, que fue liderado por Mary Helen Black de Kaiser Permanente del Sur de California, alrededor del once por ciento de los niños diabéticos también se enfrentan al asma. Su equipo teorizó que la inflamación presente en el asma no tratado podría dificultar el control de los niveles de glucemia.
El estudio siguió a casi 1,700 niños diagnosticados con diabetes tipo 1 y 311 con diabetes tipo 2 entre 2002 y 2005, y halló que diez por ciento de los niños con diabetes tipo 1 y poco más el 16 por ciento de los niños con diabetes tipo 2 también tenían asma.
En los niños con diabetes tipo 1, los niveles promedio de hemoglobina A1C eran de alrededor de 7.5 en los que no tenían asma y de 7.8 entre los que sí sufrían de la afección respiratoria. La A1C es una medida del control a largo plazo de la glucemia. Mientras más alta es la cifra, mayor era el promedio de glucemia. Las personas no diabéticas por lo general tienen una A1C inferior a 6.
En general, los niños con diabetes tipo 1 y asma eran 37 por ciento más propensos a tener un mal control glucémico que a tener un buen control, en comparación con los niños sin la afección respiratoria. "Entre los niños con diabetes tipo 1, el asma se asocia con un mal control glucémico, sobre todo si el asma no se ha tratado", concluyeron los autores del estudio.
Sin embargo, no hallaron una relación estadísticamente significativa entre la diabetes tipo 2 y el control del asma. Esto podría deberse a que tenían menos niños en el estudio con ambas afecciones, sugirió el equipo.
El uso de fármacos para el asma afectó significativamente el control de la glucemia, reportaron los investigadores. El 72 por ciento de los niños con diabetes tipo 1 y asma que eran tratados con modificadores de los leucotrienos (con nombres de marca Accolate, Singulair y Zyflo) lograron un buen control de la glucemia, según el estudio. Los modificadores de los leucotrienos son fármacos preventivos que deben tomarse a diario. No están disponibles en forma genérica.
Pero un experto se mostró escéptico de un verdadero vínculo fisiológico entre el asma y el control de la glucemia.
"No creo que la biología subyazca a esta asociación", señaló el Dr. Juan Celedon, jefe de servicio de la división de pulmonología, alergias e inmunología pediátricas del Hospital Pediátrico de Pittsburgh. En vez de ello, dijo, "los que tomaban estos fármacos eran los que tenían mejor seguro y acceso a atención de salud de calidad".
Y para Celedon, todo el estudio tiene ese problema. "Mi preocupación es que se confunden con el estatus socioeconómico y el acceso a la atención de salud. Deben ajustar los datos con más factores. Cuando ajustaron por raza y etnia, la asociación se redujo. Y los niños con asma sin tratar y un mal control glucémico podrían ser los que no reciben una atención de salud adecuada", explicó.
Swamy concurrió, y añadió que "este es uno de esos estudios que halla una asociación, pero saber si es causal es difícil. No sabemos por qué se relacionan".
Mientras tanto, también señaló que algunos medicamentos para el asma pueden aumentar los niveles de glucemia, lo que podría afectar el control de la glucemia si padres y niños no lo saben.
Los corticosteroides, sobre todo los esteroides orales, pueden aumentar los niveles de glucemia, aunque Swamy dijo que investigaciones recientes han notado una relación entre los corticosteroides inhalados y unos niveles de glucemia más altos. Ciertos medicamentos de rescate para el asma (fármacos inhalados conocidos como agonistas beta) también pueden aumentar los niveles de glucemia, según Swamy.
"Le digo a los médicos de atención primaria que nos informen [a los endocrinólogos] cuando un niño con asma y diabetes tiene que cambiar de medicamentos. Si lo sé, puedo cambiar de forma preventiva el régimen de insulina, y el control de la glucemia puede seguir siendo bueno. Lo mismo sucede cuando un niño tiene un ataque de asma", dijo Swamy.
Añadió que los padres no deben dudar en llamar al equipo de atención de salud de su hijo diabético para averiguar qué cambios hay que hacer, si alguno resulta necesario, para que el régimen de insulina de su hijo tome en cuenta los medicamentos del asma.
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