lunes, 21 de marzo de 2011

La hidratación, la asignatura pendiente de las mujeres

Las mujeres suspenden en hidratación, a pesar de estar mucho más concienciadas con el problema
Dolor de cabeza, cansancio, calambres musculares, nauseas, aumento del ritmo cardiaco o empeorar algunas enfermedades son algunas de las consecuencias que puede tener la falta de una adecuada ingesta de líquidos.

La hidratación es fundamental para la salud. Interviene en múltiples funciones fisiológicas como la digestión, la respiración o la termorregulación, y afecta al rendimiento físico y mental. Por eso, es importante beber lo necesario a lo largo de todo el día. Las necesidades de hidratación varían en función del sexo y la edad, entre otras cosas.

En el caso de las mujeres, también tienen unas necesidades concretas. Como término medio, necesitan 2,7 litros para mantener su cuerpo hidratado, mientras que los hombres necesitan unos 3,7 litros. Esa cantidad puede aumentar en situaciones, como cuando hay altas temperaturas o al realizar un esfuerzo físico intenso.

A pesar de estas recomendaciones, según el “Estudio sobre hábitos de hidratación entre la población española” del Observatorio de Hidratación y Salud (OHS), el 60% de las mujeres afirma que bebe menos de 2 litros de líquidos al día, lo que puede generar alteraciones para su salud. La deshidratación tiene consecuencias como el cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración, malestar general, calambres musculares, nauseas, aumento del ritmo cardiaco, o el empeoramiento tanto de la hipotensión como de la hipertensión, además de agravar algunas enfermedades.

Aunque en general las mujeres están más concienciadas que los hombres sobre la importancia que tiene la hidratación para la salud, en la práctica beben menos que ellos. Así, el 60% reconoce no alcanzar la cantidad que necesitarían al día (frente al 40% de los hombres). Para conseguir una adecuada hidratación, además de incluir en la dieta alimentos ricos en agua, es aconsejable variar el tipo de bebidas que se toman a lo largo del día. Además del agua, las infusiones, los refrescos, los zumos o los lácteos ayudan a beber lo necesario. El sabor de las bebidas hace más apetecible y divertido beber.

Para mantener una buena hidratación mientras se hace ejercicio hay que beber antes, durante y después del mismo. Además, las bebidas que incorporan glucosa y sales minerales, como las bebidas para deportistas, favorecen la rehidratación. También hay etapas de la vida de la mujer en las que se debe prestar una especial atención a su hidratación. Con el embarazo y la lactancia se producen numerosos cambios en el cuerpo y se modifican las necesidades nutricionales e hídricas. Asimismo, las mujeres mayores deben ingerir líquido aunque no tengan sed con el fin de evitar la deshidratación ya que, con la edad, se tiende a beber menos como consecuencia del deterioro del mecanismo de regulación térmica, la pérdida de la sensación de sed y otras circunstancias específicas de esta etapa.

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