jueves, 24 de marzo de 2011

La rehabilitación cardiaca es muy provechosa, pero muchas mujeres no participan en ella

La gente que participa en rehabilitación cardíaca disminuye en casi 30 por ciento su posibilidad de morir en los siguientes dos a cinco años, indica la “Mayo Clinic Women’s HealthSource”. Otros resultados comprobados de la rehabilitación cardiaca son el presentar menos estrés, dolor y riesgo de problemas cardiacos futuros, así como mayor capacidad para volver a trabajar y participar en actividades sociales.

Sin embargo, menos de 33 por ciento de la gente elegible para rehabilitación cardiaca realmente participa en ella. Dentro del grupo que asiste a rehabilitación cardiaca están especialmente mal representadas las mujeres, las minorías y las personas mayores. Las mujeres, sobre todo las mayores, se muestran menos interesadas a que se las refiera a rehabilitación cardiaca y cuando se lo hace, son menos proclives a asistir.

Los programas de rehabilitación cardiaca se crean para atender las necesidades particulares de cada individuo y normalmente se componen de una evaluación médica, consejería, entrenamiento y apoyo, a fin de sustentar cambios en el estilo de vida que permitan evitar futuros problemas del corazón. Entre los puntos que normalmente abarcan están los siguientes:

Hacer más ejercicio: el ejercicio fortalece los músculos cardiacos para que éstos puedan bombear más sangre, con menos esfuerzo. Para la mayoría de gente, el mejor objetivo es hacer ejercicio a diario durante 45 a 60 minutos y fortalecimiento muscular dos a tres veces por semana.

Modificar los factores de riesgo: los pacientes desarrollan un plan para tratar los riesgos que contribuyen a su enfermedad cardiaca, tales como tabaquismo, obesidad, diabetes, hipertensión y colesterol alto.

Nutrición: los pacientes trabajan con un especialista en dietética para aprender a planificar comidas sanas para el corazón, poniendo énfasis en el consumo de gran cantidad de frutas y verduras, así como de alimentos con bajo contenido de grasas saturadas y transaturadas, colesterol, azúcar refinado y sal.

Salud psicológica: por lo general, la rehabilitación cardiaca también incluye tratamiento para cualquier problema de la salud mental, además de apoyo emocional. Después de un ataque cardiaco, es muy común sentir depresión y las mujeres son particularmente vulnerables a ello. Además, la persona también podría sentir ansiedad, ira y aislamiento social, todo lo que quizás contribuye a presentar más problemas del corazón.

A los pacientes que sufrieron un ataque cardiaco cada vez se les recomienda con más frecuencia que reciban rehabilitación cardiaca, la misma que también es útil para quienes se sometieron a cirugía para derivación coronaria, angioplastia, colocación de endoprótesis o marcapasos, cirugía de válvulas cardiacas y trasplante de corazón o pulmón. De igual manera, la rehabilitación cardiaca también sería provechosa para la gente que sufre de insuficiencia cardiaca, dolor en el pecho (angina), enfermedad arterial periférica y enfermedad cardiovascular congénita.

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