martes, 22 de marzo de 2011

Las primeras patadas del bebé

Los movimientos fetales en el embarazo
A partir del cuarto mes de gestación, aproximadamente, las futuras mamás empiezan a sentir los movimientos de su bebé. Las pataditas son indicadores de que el bebé goza de un excelente estado de salud, siempre que estén en relación con el desarrollo y el crecimiento del bebé.

La madre suele notarlas al cambiar de postura, estirarse o al sentarse tranquilamente a descansar. El bebé aprovecha esos momentos para golpear con brazos y piernas la pared del útero materno con períodos de actividad y de descanso. Según avanza el embarazo, la actividad se concentra en determinados momentos del día, por lo que pueden ser bastante predecibles.

¿Qué motiva al bebé a dar pataditas?
El movimiento del bebé está influenciado por la alimentación de la madre y se estimula con el consumo de dulce. Durante este proceso, se produce un incremento de la glucosa en la sangre, que anima al bebé a moverse rítmicamente y por períodos cortos.

Cuando el embrión mide sólo unos pocos centímetros, flota en el vientre materno, se balancea y gira en el líquido amniótico. A medida que va creciendo, los movimientos fetales son cada vez más precisos. Todos los movimientos que realiza el feto, exigen coordinación entre la espina dorsal, la cabeza y los hombros. Los movimientos del futuro bebé no suponen ningún peligro para él, constituyen un buen entrenamiento y el líquido amniótico le protege.

Uno de los mitos más extendidos es que durante las últimas semanas el bebé deja de moverse, pero lo cierto es que le falta espacio y los movimientos se hacen más pausados, aunque sigue plenamente activo en el vientre de la madre.

¿Cómo identificar los movimientos del bebé?
Aunque el bebé empieza a moverse en el interior del útero desde la séptima u octava semana del embarazo, generalmente, las primeras patadas del bebé se empiezan a notar entre la semana 16 y 22 de embarazo. A partir de la semana 16, si es el segundo o tercer embarazo y, alrededor de la semana 20, si es el primero.

Las mamás primerizas suelen tardar más tiempo en reconocer los primeros movimientos de su bebé porque los confunden con gases u otros movimientos estomacales. En cambio, las veteranas son capaces de distinguir mejor estas sutiles pataditas gracias a la experiencia anterior. Además, las mujeres más delgadas suelen sentir los movimientos del bebé más temprano y más a menudo que las más gorditas. Algunas mamás han descrito esta sensación como palomitas de maíz reventando, un pez nadando de un lado a otro o una mariposa aleteando en su barriga.

¿Con qué frecuencia se deben notar los movimientos?
Durante el segundo trimestre, las pataditas son poco frecuentes y ocurren de manera espaciada en el tiempo. No obstante, no existe un patrón fijo para medir los movimientos del bebé. Una vez que se empiecen a sentir con regularidad, los ginecólogos recomiendan observar su regularidad y su frecuencia, porque una reducción en la actividad del bebé podría indicar algún problema.

En el tercer trimestre del embarazo, puedes empezar a contar las pataditas de tu bebé. Los movimientos fetales son un signo de bienestar fetal, aunque hay que tener en cuenta que su intensidad y número es variable en cada feto. A título orientativo, en el tercer trimestre se suele percibir un mínimo de 10 movimientos al día. Y recuerda, más importante que contar cuántas veces se mueve el bebé es percibir, de pronto, que disminuyen los movimientos fetales, teniendo en cuenta que hay días que se pueden notar más o menos movimientos.

¿Cómo se pueden notar más las pataditas?
La intensidad con la que la embarazada siente los movimientos del feto depende de las constitución materna, ya que las gestantes que están en su peso notan con más facilidad las patadas que las futuras mamás obesas.

El registro de patadas también depende de la cantidad de líquido amniótico. En la semana 20 de gestación oscila entre los 100 y los 300 mililitros, pero cuanto mayor es la cantidad de líquido, con menos frecuencia choca el bebé contra la pared del útero. Hacia el final del embarazo, el feto cada vez tiene menos espacio y encuentra más problemas para moverse con facilidad, aunque sus movimientos son más contundentes y se notan con más fuerza.

¿Cuándo se notan más?
La actividad de tu bebé depende de ti. Los científicos han descubierto que una fuerte descarga de adrenalina, que se produce tras un mal día en el trabajo o tras una discursión, tiene efectos en el feto porque esta hormona del estrés viaja a través del cordón umbilical y como consecuencia el bebé eleva su actividad.

En cambio, algunas mujeres se sorprenden cuando al intentar dormirse, su bebé empieza a jugar sin parar impidiendo que concilie el sueño. De igual modo, diversos estudios han revelado que todos los fetos disfrutan, entre las 21 y las 24 horas, de una fase de vigilia vinculada, al parecer, a la producción de cortisona de la madre. Esta hormona aumenta el sueño de la madre, pero despierta al niño.

El desarrollo embrionario transcurre de forma similar en todos los bebés, pero cada niño se mueve de forma diferente en regularidad, frecuencia e intensidad. Las mujeres que están en su segundo o tercer embarazo lo saben porque han percibido las primeras pataditas de cada uno de sus hijos de una forma distinta.

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