Si la convivencia se está volviendo cada vez más insoportable y cualquier cosa es motivo de discusión con tu pareja, quizás deberían ir a terapia juntos. Unas cuantas sesiones podrían ser suficientes para que se comuniquen mejor y para que resuelva sus conflictos. Aquí te contamos acerca de la terapia de pareja, cuándo es conveniente acudir a este recurso, si es necesario que vayan los dos. O sea, cómo la terapia de pareja podría ayudarte a salir de la crisis.
- ¡Te dije que no!
- ¡Pues yo digo que sí!
- ¡Que no! Tú siempre quieres tener la razón.
- ¡Y tú siempre quieres hacer todo a tu manera!
A veces, las discusiones de pareja pueden extenderse tanto que parece que no van a terminar nunca, y muchas veces incluso terminan mal. Las preocupaciones diarias y la convivencia pueden volverse difíciles y agotar la paciencia hasta de la persona más tranquila. A esto se suma lo que muchas veces cada uno espera del otro, que en general es diferente a lo que se da en la vida real.
Marcela, por ejemplo, cada vez que discute con su pareja sólo espera que él en algún momento reaccione y la abrace para reconciliarse lo antes posible. Él, en cambio, sólo quiere encerrarse en su habitación o salir a dar una vuelta y no hablar por un buen tiempo. Por su puesto, eso hace que Marcela se desespere y le reclame aún más… En situaciones como esta puede ser difícil parar, si es que ninguno de los dos encuentra el fin a la discusión.
Otro caso es el de Carlos, quien es muy organizado, le gusta tener todo listo con tiempo y llegar puntual a todos lados. Su mujer, en cambio, es terriblemente impuntual y antes de salir da tantas vueltas que termina llegando tarde a todo tipo de reuniones y eventos. El problema surge cuando deben salir juntos: Carlos ya se empieza a poner nervioso con una semana de anticipación pensando en todo lo que hay que organizar, sea poco o mucho. Ella, en cambio, sólo se altera un rato antes del acontecimiento, ¡pero por los reclamos de Carlos!
Cada pareja es un mundo y las discusiones o los problemas pueden ser tantos y tan variados como las parejas que existen. A veces se trata de problemas de comunicación como los de Marcela y Carlos, otras veces tiene que ver con la intimidad sexual de la pareja, hay situaciones más difíciles, que se relacionan con episodios de violencia física o con adicciones al alcohol o a las drogas, y en el caso de las familias que ya tienen hijos, la crianza también suele convertirse en un tema de debate y discusión que no siempre es fácil de resolver.
En todas estas situaciones hay algo en común: el amor. Al fin de cuentas, cuando alguien discute es porque quiere llegar a un acuerdo con el otro (o que el otro piense como uno, aunque eso no siempre es posible). Y mientras ambos tengan ganas de seguir juntos, siempre hay cosas que se pueden hacer para mejorar la convivencia.
La terapia de pareja es una de esas cosas. ¿En qué consiste? Básicamente en acudir a un profesional especializado en este tipo de conflictos, que desde un lugar objetivo puede ayudarlos a entenderse y comunicarse mejor.
En general, las terapias de pareja suelen ser cortas y unas cuantas sesiones son suficientes. Muchas veces, el o la terapeuta puede indicarle a uno o a ambos miembros de la pareja que continúen asistiendo a sesiones individuales, con el mismo profesional o con otro diferente. Lo importante es detectar en dónde está el problema y resolverlo (aunque debes saber que a veces la solución puede ser la ruptura, en ese caso el profesional los ayudará a atravesar por ese proceso).
Es conveniente que los dos vayan a las sesiones, aunque algunas veces es difícil convencer a alguno de los miembros de la pareja (en general los hombres se resisten más). Muchos sienten vergüenza o simplemente no quieren compartir o contarle sus problemas a un extraño. Si tu pareja no te acompaña, puedes pedir ayuda de todos modos, aunque debes tener en cuenta que la resolución de los conflictos puede llevar más tiempo.
Por otro lado, si hay algún problema de adicciones, seguramente el o la terapeuta trabajará con otros profesionales de salud para atender el problema de la adicción en particular, de la forma que sea necesaria.
Y si estás sufriendo ataques de violencia física o psicológica, pide ayuda profesional de inmediato o busca el número gratuito de asistencia para casos de violencia familiar en tu localidad lo antes posible, no esperes ni un minuto más. Supera tus miedos y tu vergüenza, recuerda que nada justifica el maltrato y que tú puedes estar mejor, te lo mereces.
¿Necesitan terapia de pareja? Eso es algo que ambos deben evaluar y definir. Ten en cuenta que puedes acudir a terapia de pareja para resolver situaciones como las que siguen:
Problemas de comunicación
Dificultades sexuales
Conflictos sobre la crianza de los niños
Problemas económicos
Infidelidades
Enojos
Adicciones
Divorcio.
Si las cosas no están bien, ¿por qué continuar con algo que te hace daño? Además, piensa que en algún momento las peleas repetidas pueden terminar con la relación. Entonces, ¿por qué no intentar una solución diferente? Muchas parejas atraviesan por crisis en algún momento de la relación, y logran salir de ellas. Si tuvieras la posibilidad de resolverlo más rápido y eliminar los conflictos, ¿no te gustaría hacerlo?
La terapia de pareja podría darles esa posibilidad a ambos:
vale la pena intentarlo, ¿no crees?
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