Entre los hombres menores de 65 años que tienen cáncer de próstata en etapa inicial, aquellos a los que se les ha extirpado la glándula prostática son menos propensos a morir que los que optan por una "espera vigilante", según un nuevo estudio europeo a largo plazo.
Pero es poco probable que estos hallazgos vayan cambiar lo que se hace en la práctica, apuntó el Dr. Richard E. Greenberg, jefe de oncología urológica del Centro Oncológico Fox Chase de Filadelfia, que no participó en el estudio.
"Es una etapa relativamente temprana de la enfermedad y muestra lo que podríamos esperar: que los que tienen más años [por delante] tienen una mejor supervivencia si se tratan de manera agresiva", apuntó.
Los hombres con cáncer de próstata se enfrentan a un confuso laberinto de opciones hoy día, que incluyen no sólo la cirugía, sino también la terapia hormonal, diferentes tipos de radioterapia e incluso simplemente prescindir del tratamiento médico durante el seguimiento del cáncer ("espera vigilante", también conocido como "vigilancia activa").
"La espera vigilante" se recomienda a menudo cuando se prevé que un hombre no va a morir a causa del cáncer y se desea evitar el riesgo de los efectos secundarios debilitantes asociados con el tratamiento del cáncer de próstata. Estos pueden incluir: incontinencia y disfunción eréctil (cirugía); disfunción eréctil y cánceres secundarios (radioterapia); náuseas y crecimiento del pecho; problemas hepáticos (terapia hormonal); y debilidad, pérdida del cabello, retención de líquidos (quimioterapia).
Los datos presentados en la edición del 5 de mayo de la New England Journal of Medicine corresponden a 15 años de seguimiento de un estudio que había reportado previamente los resultados de un periodo de seguimiento de tres años.
El estudio anterior también encontró que los que se sometieron a una prostatectomía radical experimentaron una reducción en el riesgo de propagación del cáncer así como en la tasa de mortalidad por cáncer de próstata o por cualquier otra causa.
Los investigadores, los doctores Anna Bill-Axelson y Lars Holmberg del Hospital Universitario, de Uppsala, y colegas, reclutaron cerca de 700 hombres con cáncer de próstata inicial menores de 75 años que fueron seleccionados de manera aleatoria para someterse a una prostatectomía radical o seguir una "espera vigilante".
Después de un seguimiento promedio de unos 13 años, el 14.6 por ciento de los hombres que se habían sometido a cirugía habían muerto, frente al 20.7 por ciento del grupo de espera vigilante, lo que equivale a una reducción de 38 por ciento en el riesgo.
El beneficio se observó principalmente entre los hombres menores de 65 años y los autores calcularon que se necesitaban tratar siete hombres menores de 65 años y 8 mayores de 65 para salvar una vida.
También se observó un beneficio en los hombres cuyos tumores tenían características de bajo riesgo.
Los hombres cuyo cáncer se había propagado fuera de la glándula prostática y cuya próstata se había extirpado tenían un riesgo siete veces mayor de morir que los hombres con tumores que no se habían diseminado.
La prostatectomía radical puede conllevar problemas, tales como disfunción eréctil, incontinencia urinaria e incluso incontinencia intestinal, aunque estos efectos no son tan comunes a medida que mejoran las técnicas. La prostatectomía radical que preserva los nervios, por ejemplo, puede prevenir la disfunción eréctil.
Además, los hombres del estudio fueron diagnosticados después de presentar síntomas, a diferencia de la mayoría de los hombres de Estados Unidos, señaló Greenberg.
"La ventaja de las pruebas es que los hombres tienen más probabilidades de que su cáncer se cure, pero también tienen una mayor probabilidad de no sucumbir a las consecuencias de las complicaciones quirúrgicas, ya sea disfunción eréctil o incontinencia urinaria", apuntó Greenberg.
Además, destacó, la disfunción eréctil también puede ser un factor del envejecimiento y en la mayoría de los casos se puede tratar.
Pero aún queda mucho por saber acerca de la mejor manera de tratar diferentes tipos de cáncer de próstata.
"El tratamiento del cáncer de próstata en etapa inicial amerita más estudios controlados aleatorios, que ya están en curso, para determinar el verdadero beneficio del tratamiento en comparación con la gestión expectante", destacó el Dr. Marc Danziger, urólogo adjunto del Hospital Lenox Hill en Nueva York, que no participó en el estudio.
"En estos momentos, los beneficios potenciales y los efectos secundarios del tratamiento se deben abordar de manera individual en relación con la estratificación de riesgo de la enfermedad, los deseos del paciente, el estado de salud y la tolerancia al riesgo," agregó Danziger.
viernes, 6 de mayo de 2011
El tratamiento agresivo podría ser beneficioso para el cáncer de próstata en etapa inicial
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