jueves, 26 de mayo de 2011

¡No me sirva comida con gluten!

Según estudios de la Mayo Clinic, la enfermedad celíaca, una respuesta del sistema inmune al gluten de la dieta, es cuatro veces más común que hace 50 años, afectando a una de cada 100 personas. El diagnóstico correcto puede recuperar el bienestar del paciente.

Cuando Melanie Herring asistió a su veinteava comida de generaciones, pocas de sus ex compañeras la reconocieron. Había bajado más de 25 kilos. Mientras muchas mujeres estarían felices de pasar de la talla 22 a la talla 6, la pérdida de peso de Herring fue algo fuera de serie.
Melanie había batallado con un sinnúmero de problemas de salud a lo largo de los años —incluyendo anemia, hipo-glicemia, erupciones de la piel, migrañas, nauseas, dolor inexplicable de estomago y embarazos difíciles.

Los médicos inicialmente pensaron que su problema era un desorden autoinmune como el lupus. Este no fue el caso. Y, considerando que la vida de Herring era agitada, con el trabajo y una familia que crecía, cada uno de sus problemas era explicado racionalmente y tratado. Nadie sospechaba que una condición de fondo diferente era la culpable.
Sus problemas, como un dolor inexplicable de estómago y fatiga, continuaban, pero entre su trabajo de tiempo completo, el asistir a clases de educación continua y el llevar a sus niños a sus actividades, Herring los atribuyó al estrés.

Para adaptarse, Herring aumentó sus esfuerzos para vivir saludablemente. En el 2005, esta residente de Jacksonville, Florida, y manager de la Clínica Mayo, comenzó a entrenarse para participar en un maratón y se enfocó en adoptar una dieta libre de grasas y de granos enteros. “Cambié pretzels por papas fritas, pan de trigo integral no refinado por pan blanco, incluí bebidas dietéticas y también eliminé el azúcar”, dice. Pero sus síntomas digestivos continuaron.
“Mis esfuerzos para estar saludable me hicieron sentir peor”, comenta Herring. “Mi vida era una miseria. El dolor y la fatiga me impactaban tanto que no almorzaba, porque si lo hacía me enfermaba el resto del día”.

Tiempo después, luego de comenzar un nuevo trabajo en la Clínica Mayo, Herring estaba exasperada por su salud. Se sometió a una endoscopia del tubo digestivo superior e inferior, un examen del estómago y de los tejidos de intestino delgado, para determinar exactamente qué es lo que estaba causando sus síntomas.
Cuando se despertó después del procedimiento, supo que la fuente de sus problemas de salud que aparentemente no estaban relacionados si lo estaban: Tenía la enfermedad celíaca.

En los pacientes con enfermedad celíaca, la proteína del gluten presente en el trigo, la cebada o el centeno, desencadena un ataque al sistema inmune, dañando la mucosa del intestino delgado. Las mucosas son unas proyecciones parecidas a los dedos que aumentan el área de la superficie que absorbe los nutrientes y ayudan a la digestión.
Los pacientes celíacos desarrollan inflamación en el revestimiento intestinal y, en última instancia, experimentan una pérdida de mucosa y, por consiguiente, su habilidad de absorber nutrientes vitales disminuye, dice el doctor John Cangemi, gastroenterólogo de la Clínica Mayo de Jacksonville.

Los síntomas de la enfermedad celíaca pueden incluir diarrea, molestias abdominales, pérdida de peso, anemia, pérdida de dentadura, osteoporosis severa o prematura e infertilidad inexplicable.
El desafío, dice el Dr. Cangemi, es que los síntomas de la enfermedad celíaca son variables y pueden ser confundidos por otras enfermedades más comunes, como el síndrome de intestino irritable. De hecho, dice, no existen signos ni síntomas exclusivos de la enfermedad celíaca.

“Algunos estudios sugieren que por cada persona que es diagnosticada con enfermedad celíaca, existen alrededor de 30 que la tienen pero que no han sido diagnosticadas”, dice el Dr. Cangemi.

Una visita al gastroenterólogo puede proporcionar un diagnóstico correcto — mediante un examen de sangre o una endoscopia del tubo digestivo superior para mirar la mucosa.

En el caso de Herring, la evidencia de enfermedad celíaca fue obvia una vez que los especialistas le realizaron la endoscopía. “Me dijeron que una mucosa normal es como una alfombra de felpa; la mía era como una baldosa”, dice Herring.

Tener un diagnóstico es un alivio, pero el tratamiento no es tan simple como parece. “Una dieta libre de gluten no es fácil”, dice el Dr. Cangemi. “El trigo, la cebada y el centeno se usan como rellenos en muchas comidas, como también en algunos medicamentos, caramelos y en otras cosas que uno no se da cuenta”.

Herring cuenta que se impresionó de lo difícil que es eliminar el gluten de su dieta. “Está en todo, incluso en los caramelos — que son mi gran debilidad”, dice. Ella y su familia ocupan mucho tiempo en leer las etiquetas de las comidas. “Para mis hijos es como un juego –encontrar comidas sin gluten y buscar en las etiquetas para identificar la presencia de cosas que podrían desencadenar una reacción”.

Pero, por lo menos ahora es capaz de alimentarse y disfrutar la comida. “Inmediatamente percibí la diferencia cuando me deshice del gluten. Sorpresivamente tenía hambre. No había tenido hambre en años porque cada vez que comía, me sentía pésimo. Pero ahora, me siento como si me hubiera estado privando durante muchos años”.

La experiencia influye en el diagnóstico de la enfermedad celíaca
Los pacientes con enfermedad celíaca se benefician al ver a especialistas que tienen experiencia en el manejo de la enfermedad.

En Estados Unidos, alrededor del 1% de la población es diagnosticada con enfermedad celíaca, algunas apropiadamente y otras no. “Es tan frecuente como la falta de diagnostico de la enfermedad, el diagnostico sin suficiente documentación, sometiendo a los pacientes a dietas estrictas por razones equivocadas”, dice el Dr. Cangemi, gastroenterólogo especializado en la enfermedad. Se requiere una biopsia para confirmar la enfermedad.
“Nosotros tenemos gastroenterólogos cuya práctica está enfocada en los pacientes con enfermedad celíaca”, dice el Dr. Cangemi. “Tenemos dietistas que enseñan a los pacientes a manejar la dieta libre de gluten”.

El aspecto más importante del tratamiento es la dieta. Una dieta libre de gluten generalmente alivia los síntomas y restaura una apariencia normal, o casi normal, del intestino delgado. Pero una dieta libre de gluten es difícil de seguir.

Para más información acerca de la enfermedad celíaca y los tratamientos disponibles en la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, llame al departamento de Servicios Internacionales al teléfono (904) 953-7000 o envíe un e-mail a intl.mcj@mayo.edu.

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