Problema 1: No puedes recordar el nombre de alguien.
Solución: Asocia tu nueva amistad, cliente, colega, amigo de tu amigo, etc., con una celebridad o una situación escandalosa.
Cómo funciona: A menudo, cuando nos presentan a alguien en una fiesta o por cuestiones de trabajo, no estamos realmente prestando atención a esa persona (a menos de que se parezca a Orlando Bloom o sea el sobrino preferido de Carlos Slim). Sólo debes hacer que tu cerebro asocie el nombre de esa persona con alguien famoso o algo ridículo.
Por ejemplo, si conoces a alguien llamado Richard, puedes pensar en Richard Gere vestido con un delantal rosa y preparándote una deliciosa cena (entre más escandalosa o divertida la situación, mejor). La próxima vez que te encuentres con Richard en la oficina, en la iglesia, o en la fiesta de aniversario de tus suegros, tu cerebro recordará esa cita romántica soñada con el gigoló más cotizado de Hollywood y serás capaz de hacer una fácil conexión.
Problema 2: No puedes recordar dónde pusiste sus llaves (y siempre te pasa).
Solución: Imagina que algo dramático sucede a su alrededor las llaves.
Cómo funciona: Digamos que dejaste las llaves en el bolsillo de la chaqueta. Imagina que tu chaqueta se transforma en la capa de invisibilidad de Harry Potter o piensa que es fulminada por una combustión espontánea. Si te tomas el tiempo para imaginar estas situaciones, serás muy consciente de dónde dejaste tus llaves. Funciona igual con esferos, memorias UBS, y hasta con tu argolla de matrimonio (siempre te la quitas para dormir y por la mañana nunca recuerdas dónde la dejaste).
Problema 3: Has olvidado por completo tu lista de tareas pendientes.
Solución: El ‘Palacio de la Memoria’
Cómo funciona: El ‘Palacio de la Memoria’ es una técnica en la que visualizas los artículos en su lista en un lugar físico familiar (en tu casa actual, en tu casa de infancia). Ahora haz un recorrido visual de ese lugar a partir de la puerta de entrada, colocando el primer asunto de tu lista allí y siguiendo tu camino a través de tu casa, situando cada elemento en diferentes habitaciones.
El truco es llamar la atención a ti misma. A medida que tus tareas sean puestas en toda la casa, imagina que interactúan con los elementos. Si tienes que comprar protector solar por ejemplo, imagina a alguien que te atraiga (puede ser Richard Gere otra vez) esparciéndola sobre tu cuerpo. (Este truco se remonta siglos atrás, porque las imágenes eróticas son mucho más memorables.)
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