Aromasin, un fármaco antiestrógeno, parece reducir las probabilidades de cáncer de mama en 65 por ciento en las mujeres postmenopáusicas de alto riesgo, ha encontrado una investigación reciente.
Y a diferencia de otras terapias antiestrógeno como el tamoxifeno y el raloxifeno, Aromasin (exemestano) no conllevó un mayor riesgo de cáncer endocrino ni de coágulos sanguíneos, aunque si planteó los problemas bien conocidos de sofocos y rigidez en las articulaciones que también se atribuyen a tamoxifeno y raloxifeno, apuntaron los autores del estudio.
Muchos cánceres de mama son fomentados por el estrógeno.
"Esto podría añadir otro fármaco potencial para estas mujeres", señaló la Dra. Jennifer Litton, oncóloga médica de la mama del Centro Oncológico M.D. Anderson de la Universidad de Texas, en Houston. "Los sofocos y la rigidez articular fueron más pronunciados, pero [Aromasin] no conlleva el riesgo de coágulos sanguíneos ni cáncer uterino".
Aromasin, un inhibidor de la aromatasa que ahora está disponible en forma genérica, actualmente está aprobado para las pacientes de cáncer de mama inicial, pero no para la prevención de tumores.
Los resultados de este nuevo ensayo, que es el primero en estudiar el uso del fármaco para la prevención, fueron presentados el sábado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology) en Chicago. Los resultados del estudio se publicaron simultáneamente en la revista New England Journal of Medicine.
El tamoxifeno y el raloxifeno, que son de la misma familia, luchan contra el estrógeno mediante distintos mecanismos. Están aprobados para la prevención del cáncer de mama en mujeres de alto riesgo, pero ambos conllevan efectos secundarios graves aunque poco comunes, entre ellos cáncer del endometrio y coágulos sanguíneos.
Se ha mostrado que el tamoxifeno reduce el riesgo de cáncer de mama invasivo en 38 por ciento, pero el riesgo de efectos secundarios parece haber disuadido a muchas mujeres. En realidad, apenas cuatro por ciento de las mujeres elegibles para tomar tamoxifeno lo hacen, anotó el Dr. Paul E. Goss, autor líder del nuevo estudio y profesor de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard y del Hospital General de Massachusetts en Boston, quien tomó la palabra en una conferencia de prensa del sábado.
En el nuevo ensayo de fase tres, 4,560 mujeres, todas con un mayor riesgo de cáncer de mama debido a varios motivos que incluían la edad (la edad promedio de las participantes fue de 62.5 años), fueron elegidas al azar para tomar Aromasin o un placebo.
Tras un seguimiento promedio de tres años, los investigadores hallaron una reducción del 65 por ciento en el cáncer de mama invasivo en el grupo de Aromasin frente al grupo del placebo, una diferencia que Goss afirmó es "masiva".
Los investigadores habían esperado que la osteoporosis y los efectos secundarios cardiovasculares fueran más bajos en la rama de Aromasin del ensayo, pero no fue así.
Sin embargo, Litton enfatizó que el seguimiento del estudio fue relativamente corto, de apenas tres años, y que las pacientes necesitan un seguimiento de mayor duración.
El ensayo fue parcialmente financiado por Pfizer Inc., que fabrica Aromasin.
Un segundo estudio presentado el sábado encontró que expandir el área de radiación en ciertas mujeres que sufren de cáncer de mama inicial redujo las recurrencias tanto locales como distantes.
En estos momentos, las mujeres cuyo cáncer se propaga a más de tres nódulos linfáticos por lo general son tratadas con cirugía y quimioterapia seguidas por radiación en todo el seno y los nódulos linfáticos cercanos.
Las mujeres con menos de tres nódulos linfáticos positivos generalmente no reciben la radiación adicional.
Este ensayo aleatorio de más de 1,800 mujeres encontró que agrandar el campo de radiación en las mujeres con menos nódulos linfáticos positivos de hecho sí resultó en beneficios.
Tras un seguimiento promedio de cinco años, las mujeres con menos nódulos linfáticos positivos que recibieron la radiación adicional mejoraron su supervivencia libre de enfermedad en más de 30 por ciento, tuvieron un riesgo de recurrencias cercanas 41 por ciento más bajo, y una tasa de recurrencias distantes 36 por ciento más baja.
Sin embargo, las mejoras en la supervivencia general no fueron estadísticamente significativas, señaló el investigador líder del estudio, el Dr. Timothy J. Whelan, profesor de oncología y director de la división de oncología de la radiación de la Universidad de McMaster y del Centro Oncológico Juravinski de Hamilton, Ontario, Canadá.
También hubo algunos efectos secundarios en las mujeres que recibieron la radiación adicional, entre ellos linfedema (inflamación de brazos o piernas) e inflamación pulmonar.
Aún así, Whalen afirmó que "esto sugiere que se debe ofrecer a todas las mujeres con enfermedad de nódulos positivos irradiación nodular regional siempre y cuando se les haga conscientes de las toxicidades potenciales".
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