Algunos adolescentes con diabetes tipo 2 ya muestran señales de una función cardiaca afectada, informan investigadores.
"Estudios anteriores con adultos que tenían diabetes tipo 2 muestran que la capacidad de su corazón y vasos sanguíneos de adaptarse al ejercicio podría estar afectada. Nuestro estudio muestra que estos cambios en la función cardiaca podrían comenzar a suceder muy pronto después de la aparición de la diabetes tipo 2", señaló en un comunicado de prensa de la Endocrine Society la autora del estudio, la Dra. Teresa Pinto, endocrinóloga pediátrica del Centro de Salud IWK de la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Nueva Escocia.
Pinto y colegas examinaron cómo el corazón y los vasos sanguíneos de trece adolescentes con diabetes tipo 2 respondían al ejercicio, en comparación con 27 adolescentes con sobrepeso u obesos no diabéticos, y 19 adolescentes no diabéticos de peso normal. Los participantes tenían entre doce y veinte años de edad, y el estudio fue llevado a cabo mientras Pinto se encontraba en la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
Los escáneres por IRM revelaron que durante el ejercicio, los corazones de los adolescentes con diabetes tipo 2 no se expandían ni se llenaban de sangre entre latidos tan bien como los de los adolescentes de los otros dos grupos. La cantidad de sangre bombeada por el corazón fue normal en los tres grupos.
"Mostramos que la función de bombeo del corazón es fuerte, pero no se llena tan bien como lo normal entre latidos. Esto se conoce como disfunción diastólica", señaló Pinto. "Aunque este estudio no determinó el motivo, sabemos que en la diabetes el corazón puede hacerse más rígido, limitando su capacidad de estirarse y expandirse".
Pinto y colegas también encontraron que los adolescentes con diabetes tenían significativamente menos flujo sanguíneo en las arterias femorales (arterias de gran tamaño en los muslos) durante el ejercicio que los otros dos grupos.
"Parece que independientemente del peso, la diabetes tipo 2 parece tener un efecto negativo sobre el corazón y los vasos sanguíneos de los adolescentes", comentó Pinto. "Sin embargo, esta capacidad de ejercicio afectada podría ser reversible con entrenamiento de ejercicio, como sugiere parte de la literatura sobre adultos, pero se necesitan más estudios para determinarlo".
El estudio será presentado esta semana en la reunión anual de la Endocrine Society, en Boston. Los expertos apuntaron que las investigaciones que se presentan en reuniones deben ser consideradas como preliminares hasta que se publiquen en una revista luego de ser revisadas por pares.
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