Según una investigación reciente, las dietas bajas en carbohidratos, combinadas con ejercicio periódico como parte del plan, no parecen afectar las arterias, como temían algunos expertos.
"Está bastante claro que las dietas bajas en carbohidratos son eficaces para bajar de peso", comentó el autor del estudio, Kerry J. Stewart, director de fisiología del ejercicio clínica y de investigación de la Facultad de Medicina y del Instituto Vascular y del Corazón de Johns Hopkins University. "La preocupación ha sido que debido a que se consumen más grasas esto va a ejercer presión sobre los vasos sanguíneos".
Por lo tanto, Stewart y su equipo evaluaron los efectos de corto plazo de una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas después de una única comida. Los investigadores también compararon una dieta baja en carbohidratos con una baja en grasas en las personas que están a régimen. En ninguno de los casos encontraron efectos nocivos para la salud de los vasos sanguíneos.
Stewart tiene previsto presentar los hallazgos el viernes durante la reunión del American College of Sports Medicine, a realizarse en Denver.
Sin embargo, un experto en nutrición comentó que se necesita una investigación de más largo plazo antes de concluir que el consumo alto de grasas no perjudica la salud de los vasos sanguíneos.
Para el primer estudio, el equipo de Stewart analizó los efectos de comerse un desayuno sumamente graso de McDonald's. El desayuno contenía más de 900 calorías y 50 gramos de grasa. "Eso es la mitad de lo que debería consumirse en un día entero", comentó Stewart.
Luego, los investigadores evaluaron un marcador de la rigidez arterial y otra medida de la salud de los vasos sanguíneos, conocida como función endotelial. "Incluso después de ingerir esta comida, no encontramos ningún cambio vascular entre el antes y el después", comentó.
De hecho, la rigidez arterial mejoró, según apunta, aunque no está seguro de las razones.
Ninguno de los estudios recibió financiamiento de la industria; ambos fueron financiados por el Instituto Nacional del Corazón, del Pulmón y de la Sangre de los EE. UU.
Para el estudio sobre la dieta, Stewart asignó a 55 hombres y mujeres con sobrepeso u obesidad ya fuera a la dieta baja en carbohidratos o a una baja en grasa. Los participantes también tenían obesidad abdominal y circunferencia de la cintura grande (35 pulgadas o más para las mujeres y 40 o más para los hombres). Ambas son factores de riesgo de enfermedad cardíaca.
El plan bajo en carbohidratos incluía hasta 55 por ciento de grasa al principio, que se reducía paulatinamente hasta alrededor de 40 por ciento. Tenía aproximadamente 15 por ciento de carbohidratos al principio y luego aumentó a 40 por ciento. Las otras personas a régimen siguieron la dieta baja en grasa de la American Heart Association, que contiene como máximo un 30 por ciento de grasa al día.
Ambos grupos realizaban ejercicio supervisado tres veces a la semana.
Durante la reunión, Stewart brindará información sobre 46 personas a régimen, 23 de cada grupo, que bajaron 10 libras. "El grupo de la dieta baja en carbohidratos, llegó a perder las 10 libras en 45 días", comentó. El grupo de la dieta baja en grasa necesitó 70 días para bajar las 10 libras.
Su ingesta de calorías fue similar, independientemente de la dieta que siguieran.
Stewart implementó las mismas medidas de los vasos sanguíneos utilizadas en el estudio del desayuno. "No hubo diferencias en ninguna de las medidas vasculares", comentó.
Los investigadores proseguirán con el estudio durante seis meses. Si bien Stewart advirtió que estos son hallazgos iniciales, agregó: "Estamos bastante seguros de que este es un resultado real. En la marca de 10 libras de pérdida de peso, no observamos ningún daño a los vasos".
Stewart comentó que hace algunos años había subido de peso y que perdió 40 libras gracias a un plan bajo en carbohidratos combinado con ejercicio. Han transcurrido cuatro años y no las ha recuperado.
Aunque el estudio es intrigante, la investigación de largo plazo es crucial, comentó Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de Washington University en St. Louis y expresidenta de la American Dietetic Association.
"Cuando se trata del efecto sobre la función de los vasos sanguíneos, en mi calidad de dietista certificada me gustaría ver más estudios en sujetos sanos y enfermos, así como estudios de mayor duración antes de concluir que este consumo alto de grasa no afecta la salud de los vasos sanguíneos", comentó, aunque el estudio revela que el ejercicio es importante. El estudio del desayuno, con su prueba de una sola vez, no proporciona mucha información sobre cuál será el efecto de estas dietas a largo plazo, agregó.
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