Disminuye la tasa de mortalidad en pacientes con leucemia mieloide crónica
Los beneficios derivados del tratamiento con imatinib o nilotinib mejoran el nivel de vida de los enfermos.
Los avances terapéuticos en la última década han disminuido la tasa de mortalidad y mejorado la calidad de vida de los pacientes con leucemia mieloide crónica, según destacaron expertos hematólogos nacionales e internacionales en la reunión 'En LMC, 10 años avanzando juntos', celebrada el pasado fin de semana en Madrid.
En este sentido, y según explícó el doctor Juan Luis Steegmann, presidente del Grupo Español de LMC de la Sociedad Española de Hematología, la llegada del imatinib, la primera terapia para el tratamiento de la LMC con cromosoma Filadelfia positivo (Ph+) específicamente dirigida a la causa de esta enfermedad, "supuso una revolución en el abordaje terapéutico de la enfermedad".
Asimismo, para el 20-25% de los pacientes que no responde a imatinib o presenta intolerancia al tratamiento, el doctor Eduardo Olavarría, hematólogo del Hospital de Navarra, valoró positivamente la aparición de los inhibidores de la tirosinquinasa de segunda generación, como nilotinib.
En España se estima que la leucemia mieloide crónica tiene una incidencia anual aproximada de 14 casos por cada millón de personas, alrededor de 600 casos al año, y en los hombres se presenta con casi el doble de frecuencia que en las mujeres, en quienes, además, es menos agresiva. En palabras del doctor Steegmann, "se trata de una enfermedad de la que, aunque se conoce la base molecular, se desconoce por qué se origina".
El rasgo patogénico más importante en la enfermedad es la aparición de un marcador genético, el llamado cromosoma Filadelfia, que corresponde a un cromosoma 22 más corto de lo normal.
"El cromosoma Filadelfia es fruto de un intercambio de ADN entre dos cromosomas, el 22 y el 9. En ese intercambio se produce un traslado del gen ABL hacia una región BCR. El gen ABL es importante en el control de la proliferación de las células, y al trasladarse, se transforma en el gen Bcr-Abl", explica Steegmann.
"El resultado", añade, "es un neoplasia hematológica, una proliferación de glóbulos blancos y plaquetas. El cúmulo de células malignas aumenta el tamaño del bazo, y el paciente se queja de dolor en el lado izquierdo del abdomen, pierde el apetito y está cansado".
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