¿Cuántas horas pasa tu hijo frente al televisor o la computadora?
Varios estudios se refieren a los efectos nocivos que puede generar el estar tanto tiempo frente a una pantalla, sumado a la reducción del tiempo de actividad física de los niños. Por ejemplo, puede provocarles presión alta y aumentar la posibilidad de sufrir de obesidad. Descubre estos riesgos, para que ver televisión no pierda su diversión.
¿Sabías que el tiempo máximo que los niños deberían pasar frente a una pantalla es de dos horas al día?
Así lo recomienda la Academia Americana de Pediatría (AAP) para niños mayores de dos años. Sin embargo, en la vida real parece que ocurre algo diferente: se estima que el promedio en que niños y adolescentes están sentados frente al televisor o utilizando computadoras, teléfonos y otros aparatos electrónicos es muy superior a esa recomendación: ¡es de siete horas diarias!
¿Cuánto tiempo pasan tus hijos frente a las pantallas? ¿Has hecho la cuenta? ¿Y cuánto tiempo se pasan haciendo actividades físicas o jugando en movimiento?
Existen varios estudios que están tratando de establecer la relación entre las pantallas y el sedentarismo en los niños. Lamentablemente, algunos hallazgos ya empiezan a encontrar los aspectos negativos que esto puede generar.
Un estudio reciente publicado en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine concluye que el tiempo que pasan los niños frente a una pantalla está relacionado con los niveles de la tensión arterial: a mayor cantidad de horas frente a la televisión, más se eleva la presión arterial en los niños, independientemente de su condición física. Además, el tiempo dedicado a ver televisión suele interferir con el descanso, algo que ha sido asociado a la tensión arterial baja.
Por otro lado, los autores destacaron que mientras están sentados frente a la TV (una situación de inactividad que ya es en sí misma es un factor de riesgo), los niños suelen tener otras conductas relacionadas con la obesidad y la hipertensión, como comer más alimentos ricos en grasas, azúcar y sal (en lugar de frutas y vegetales).
También, otro análisis desarrollado en base a las conductas de unos niños con sobrepeso llegó a resultados similares: quienes miraban más televisión tenían más posibilidades de tener presión arterial alta. Además, los investigadores descubrieron que cuanto más sobrepeso tenían los niños más posibilidades había de que tuvieran presión arterial alta, así como de que pasaran más tiempo frente a la pantalla. Sin embargo, los investigadores aclaran que esta relación no significa que la televisión sea la causa del aumento en la presión arterial sino que también hay otros factores que pueden influir, y que por eso se necesitan más investigaciones sobre este tema.
Pero la presión arterial no es el único factor de riesgo que se relaciona con el sedentarismo, la obesidad y la televisión. Otra investigación realizada en Australia encontró que los niños de 6 y 7 años que pasan más tiempo frente a la pantalla tienen las arterias de los ojos más pequeñas o estrechas que los que pasan más tiempo al aire libre, algo que se considera podría convertirse en un riesgo para la salud del corazón cuando se vuelvan adultos.
Estos estudios no significan que la televisión en sí misma sea perjudicial, ni los videojuegos ni el uso de computadoras (ordenadoras) o teléfonos celulares. Lo malo, como en otros ámbitos de la vida, es el exceso.
Por eso, la sugerencia de la AAP es que el tiempo que los niños pasan frente a la televisión debe limitarse a no más de una o dos horas al día de “programas de calidad” y que estos aparatos no se coloquen en las habitaciones de los niños.
Las pantallas pueden hacer que tus hijos realmente se queden pegados a ellas y, de ese modo, que se reduzca no sólo el tiempo en que realizan actividades físicas sino también el que comparten con otras personas, incluidos sus padres.
¿Por qué, entonces, no apagar el televisor y salir a pasear o disfrutar alguna actividad compartida, a diario y al aire libre?
Quizá haya algún parque o algún lugar cercano en donde puedas ir a divertirte con tus hijos, y quien dice, tal vez no sólo los ayudes a ellos a mantenerse saludables, es posible que también mejores tu calidad de vida y juntos estrechen la comunicación y los vínculos familiares.
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