lunes, 7 de marzo de 2011

Abuso de suplementos alimenticios puede causar serias descompensaciones

Antes de decidir tomar una pastillita con cada alimento o poner dos cucharadas de polvo en su licuado matutino, debe saber qué necesita su cuerpo.

Los suplementos pueden traer beneficios pero no se deben usar como sustitutos de comidas.

Aunque la mayoría de las veces los suplementos y complementos alimenticios se consideran iguales, la realidad es que sus funciones son distintas y no se recomiendan para todas las edades. Conocer la diferencia entre uno y otro ayuda a saber cuál es el más adecuado para cada quien.

Los suplementos son productos que contienen nutrientes en proporciones adecuadas para lograr una dieta balanceada. Su fin es remplazar total o parcialmente la alimentación de una persona sin dejar de aportar los nutrientes necesarios para mantenerse sano.

Conocidos como “productos milagro”, estas pastillas o malteadas son empleadas para remplazar el desayuno o la cena y ayudar a perder peso en poco tiempo, sin embargo los nutriólogos dicen que deben ser evitadas porque generalmente causan descompensaciones o aceleran el metabolismo, generando una dependencia a ellos.

En contraste, los complementos alimenticios son productos que contienen uno o varios nutrientes y aportan una porción determinada de esos nutrientes al organismo. Es decir, son un elemento para que la alimentación de las personas sea óptima.

Los mulivitamínicos son un ejemplo claro de ellos y regularmente se recomiendan para personas que tienen deficiencias para producir algunos nutrientes, o para aquellos que requieren aumentar la producción de alguna vitamina, proteína o mineral.

En el caso específico de las personas mayores de 50, se indica que para contrarrestar problemas de desnutrición o disminución de potasio, calcio o hierro a causa de la edad, es recomendable que se complemente la alimentación con suplementos alimenticios que hay en el mercado.

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