Los investigadores de la Stanford cuestionan el uso de un medicamento costoso para otros tratamientos médicos a pesar del riesgo
Los hospitales están usando un costoso medicamento anticoagulante para tratar a quienes no tienen hemofilia, un trastorno poco común en el que la sangre no coagula por medios normales, aunque su uso en ese tipo de pacientes es potencialmente arriesgado, según los investigadores.
Los investigadores de la Universidad de Stanford hallaron que el uso del medicamento, el factor recombinante 7a, aumentó 140 veces del uso en 125 casos en 2000 a 17,813 en 2008, un aumento del que los usos no indicados en la etiqueta constituyen la mayor parte.
Cada dosis del medicamento cuesta diez mil dólares y se utilizó en pacientes con hemofilia apenas el 4 por ciento de las veces, según las estadísticas hospitalarias estadounidenses de 2000 a 2008. Las demás veces, se usó durante cirugía cardiaca y para tratar problemas médicos como traumas y hemorragias cerebrales. Según los investigadores, esos usos ponen a los pacientes en riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular porque el medicamento puede incrementar el riesgo de coágulos.
"Es mucho lo que está en juego con este medicamento", señaló en un comunicado de prensa de la Stanford la Dra. Veronica Yank, instructora de medicina de la universidad y primera autora de uno de los dos nuevos estudios sobre el medicamento. "Debido a que se trata de un agente coagulante tan potente, tiene el potencial, si no se usa como lo indica la etiqueta, de dañar la vida de los pacientes sin ofrecer ningún beneficio real".
Yank y sus colegas aseguraron que los médicos deberían tener más cuidado con el medicamento mientras no haya más investigaciones sobre si su uso es apropiado en ciertos casos.
Los estudios, publicados el 19 de abril en Annals of Internal Medicine, vienen acompañados de un comentario de uno de los investigadores de la Facultad de medicina de la Harvard, que dice que la investigación ofrece "datos muy provocadores sobre el uso no indicado, la inutilidad y el riesgo de este costoso tratamiento".
Los estudios fueron financiados por la Agency for Healthcare Research and Quality luego de que investigaciones anteriores hicieran surgir dudas acerca del aumento del riesgo de coágulos con el uso del RF7a. La agencia pidió una evaluación de cinco usos no indicados de la etiqueta del medicamento: la cirugía cardiaca, la hemorragia intracraneana, el traumatismo corporal y cerebral, el trasplante de hígado y la cirugía de próstata.
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