Los ataques cardíacos y cerebrales implican la destrucción de tejidos debido a la falta de oxígeno.
Según los investigadores de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, lo que se inyecta es un anticuerpo que inhibe el poder dañino de una enzima que actúa en este tipo de episodios.
Los ataques cardíacos o cerebrales se producen cuando el flujo sanguíneo que llega al tejido sufre un bloqueo por causa de un coágulo o una hemorragia.
En ambos casos, la falta de irrigación lleva a una falta de oxígeno (isquemia) que daña las células.
Los científicos de la Universidad de Leicester explicaron que, paradójicamente, el mayor perjuicio al tejido se produce cuando se reanuda la circulación sanguínea, porque en ese momento las células afectadas por la isquemia se comportan como un organismo invasor para las defensas del cuerpo.
Éstas, preparadas para reconocer y resistir la agresión de agentes patógenos -en un proceso que se verifica entre nueve y 12 horas- atacan la zona afectada, lo que produce una severa inflamación a la que se responsabiliza por el 80% de los daños permanentes luego de un episodio cardiovascular.
Proteína vs. enzima
"Investigamos esta respuesta del sistema inmunológico y descubrimos que en las defensas del organismo contra invasores patógenos interviene una enzima, la MASP-2, que juega un papel importante en la respuesta frente a las infecciones", dijo el inmunólogo alemán Wilhelm Schwaeble, quien dirigió al equipo de científicos de la Universidad de Leicester.
Los investigadores aislaron una proteína, la OMS646, que neutraliza la potencia de la enzima y, a partir de pruebas de laboratorio, comprobaron que puede reducir las repercusiones de un accidente cardiovascular.
"El anticuerpo inyectado impide que las defensas del organismo actúen contra las células privadas de oxígeno", explicó el doctor Schwaeble.
Obviamente, la condición es que la inyección sea administrada en un plazo de entre nueve y 12 horas después del ataque cardíaco o cerebral, aclaró el inmunólogo.
Trasplantes
Schwaeble dijo que la técnica incluso podría ser aplicada en la cirugía para realizar trasplantes, dado que el órgano trasplantado también se comporta como un agente invasor para las defensas del organismo que lo recibe.
El experto aseguró que la inyección no sólo ayuda a reducir la virulencia del ataque del sistema inmunológico, sino que además le da al cuerpo tiempo para iniciar su proceso de recuperación.
La dosis debe administrarse no más allá de las nueve o 12 horas después de producido el ataque.
Schwable calcula que la administración de la OMS646 en el caso de un trasplante de riñón, por ejemplo, podría hacer ganar una semana para que el organismo del receptor no sufra los efectos de las defensas.
Según el especialista alemán, el nuevo tratamiento podría tener más efectividad que las estatinas, el fármaco más frecuentemente favorecido a la hora de tratar niveles altos de colesterol.Por el momento, la investigación se halla en su fase de laboratorio, pero el doctor Schwaeble adelantó que en los próximos dos años podrían comenzar ensayos más amplios con seres humanos.
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