lunes, 25 de abril de 2011

“Pulgar de Blackberry” y “wiititis”, nuevas enfermedades.

Adictos a las nuevas tecnologías suman enfermedades: “Wiititis”, lo sufren los que juegan a la Wii, y el “pulgar de Blackberry”, generado por teclear en los teléfonos inteligentes.

No sólo la libertad y la privacidad son puestas en juego en Internet. El cuerpo mismo está comenzando a sufrir las transformaciones de los hábitos. Las enfermedades tecnológicas son un grupo de síntomas cada vez más frecuentes debido al uso de artefactos electrónicos.

A continuación, una presentación de las más importantes:
Pulgar Blackberry: padecimiento causado por el uso excesivo de los pulgares al teclear los smartphones, ocasionando que los tendones se inflamen debido a los movimientos repetitivos y de larga duración.
Wiititis: nombre con el que se conoce a los dolores en el brazo y en los hombros por el uso excesivo de la consola de Nintendo.

Síndrome de la vibración fantasma: consta en sentir el celular vibrar cuando no lo hace.
Tensión ocular: mirar una pantalla de manera fija durante mucho tiempo reseca los ojos y puede llegar a estropear la vista.
Postura portátil: se desarrolla debido a la gran cantidad de tiempo que se pasa frente a la computadora en una mala postura, lo cual genera dolores en los músculos y huesos de la parte baja de la espalda.
Adicción Crackberry: tendencia a mirar el correo y las cuentas en las redes sociales con la sensación de que alguien ha enviado un mensaje por más que nadie lo haya hecho.
Insomnio adolescente: vinculado al hecho de que los jóvenes duermen con el celular debajo de la almohada y contestan los llamados y mensajes en todo momento.
Mal de iPod: vinculado al uso de mp3 y a los auriculares de botón que, debido al excesivo volumen, pueden generar daños en el sistema auditivo hasta desembocar en sordera.

- Adictos a la manzana
Cada vez que Apple saca un producto al mercado suelen producirse situaciones dignas de ser catalogadas como patológicas. Es que la marca patentada por Steve Jobs, de la mano del diseño y de dispositivos innovadores, se ha convertido en un estilo de vida para cientos de miles de geeks alrededor del mundo. Mientras en la web circula un test para determinar qué tan adicto se es a Apple y decenas de grupos de Facebook y Twitter conviven publicando toda clase de información sobre los productos de la manzana mordida, las ganancias de la empresa no dejan de ascender y, por ejemplo, se estima que se venderán 30 millones de Ipad 2 en el 2011 y 40 millones en el 2012.

El 11 de marzo, cuando la segunda versión de la tableta salió a la venta, hubo largas filas desde la noche anterior a pesar del frío y de las lluvias frente al Apple Store de la Quinta Avenida en New York. El deseo por obtener el primer ipad 2 era tan grande que una joven, Amanda Foote, después de pasar 41 horas parada consiguió estar adelante en la fila y vendió su ubicación por 900 dólares. Lo paradójico fue que a Amanda no le interesaba el preciado artefacto sino que quería el dinero para comprar una entrada para ir a ver a Lady Gaga.

- Nuevos hábitos tecnológicos afectan cuerpo y emociones
A 40 del nacimiento de Internet, más de 2 mil millones de personas están conectadas a la Red en el mundo entero, símbolo del impacto de la revolución en las comunicaciones. Pero la tecnología, que nos simplifica la vida, también la complica, y mucho. Cada día, recibimos de distintas fuentes tres veces más información que hace veinte años y el europeo promedio pasa el 45 por ciento del día conectado a algún dispositivo. A eso se suman las enfermedades que generan los nuevos hábitos: “pulgar de Blackberry”, tensión ocular, “mal de iPod” o “síndrome de la vibración fantasma”.

Los trastornos. Los efectos colaterales que empieza a haber en torno a la ubicuidad de la red son varios. La psiquiatría comenzó a entender su uso excesivo como un trastorno mental de tipo adictivo que puede afectar sobre todo a personas con necesidades emocionales especiales y a jóvenes y adolescentes. Entre sus efectos, señalan: pérdida del control, la modificación del estado de ánimo y la polarización atencional. A medida que se desarrollan los smartphones, los televisores HD y las tabletas digitales, todos con conexión, el tiempo de las personas comienza a estar cada vez más vinculado a sus aparatos. Según el ente regulador británico de las telecomunicaciones, en los países europeos se consumen alrededor de siete horas diarias de contenidos desde cualquiera de estos dispositivos, lo que significa el 45% del tiempo que una persona pasa despierta.

Asimismo, en la actualidad el ser humano absorbe tres veces más información que hace treinta años, algo así como 34 gigabytes (GB) diarios, que proviene de diversas fuentes. Un caso extremo de estas tendencias se dio el 24 de febrero de este año, cuando un ciudadano chino falleció en un cibercafé después de pasar 3 días sentado frente a una computadora. En el país asiático, el 14% de los jóvenes (alrededor de 33 millones) padece adicción a Internet.

Mientras la falta de sueño, la tensión ocular y los problemas de postura son algunos de los síntomas físicos del uso excesivo de los dispositivos electrónicos, problemas como el de la privacidad empiezan a plantear más de un interrogante. Para Eduardo Arcos, consejero delegado y fundador de www.hipertextual.com, el fenómeno es más causa que consecuencia: “Creo que las redes sociales son un reflejo de la sociedad y no al revés. Los nuevos conceptos de privacidad son en realidad tendencias ‘empujadas’ por generaciones que empiezan a tener influencia y lo reflejan con las herramientas que construyen en Internet. Lo llaman la generación transparente. Dejamos de pensar en qué cosas queremos hacer públicas y empezamos a pensar en qué cosas queremos hacer privadas. No es que Internet o las redes sociales nos empujen hacia ello, es que hemos elegido ser así”.

Más allá del nivel de elección, en todo momento se publican fotos, videos y comentarios, algunas empresas empiezan a realizar análisis de mercado en base a los contenidos subidos a las redes sociales y la geolocalización fue lanzada tanto por Google como por Facebook y Twitter, lo que significa que en la cuenta de una persona registrada aparece un mapa con su ubicación física pero también con la de los “amigos” o “seguidores” que estén registrados en el servicio.

Con su avance sobre las vidas de las personas, la importancia social de Internet es cada vez más grande. Marcelo García señala: “Lo que estamos viendo en nuestro tiempo es un choque de globalizaciones. Internet, como herramienta con múltiples aplicaciones sociales, es un campo de disputa. Los contendientes son los mismos que lo fueron en la organización y evolución de los espacios públicos físicos: gobiernos, empresas, grupos de presión, intelectuales. En Internet hay manifestaciones espontáneas y hay control por parte del poder. Hay una dialéctica entre la libertad y el control”.

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