lunes, 25 de abril de 2011

Trastorno de déficit de atención ¿diagnosticado en adultos?

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se asocia comúnmente a niños, sin embargo también se presenta en la edad adulta y requiere atención médica.

El trabajo de neurólogos, psiquiatras y psicólogos arroja cada vez más información que se acerca a la verdad sobre el déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Esta enfermedad se caracteriza por gran distracción, tremenda impulsividad y actividad exagerada y 80% de los pacientes mayores de edad que asisten a consulta psiquiátrica por cualquier motivo tienen antecedentes de hiperactividad y falta de atención.

No se han determinado las causas que originan este trastorno, pero se considera que herencia, alteraciones en el sistema nervioso central ,problemas en la glándula tiroides, altos niveles de plomo en sangre, estrés de la madre durante el embarazo o consumo excesivo de alimentos con saborizantes, conservadores o colorantes artificiales favorecen su aparición. Tampoco se ha encontrado cura, pero es controlable a través de medicamentos y aprendizaje de técnicas que mejoren la convivencia.
Esto es muy importante para personas adultas: trabajadores, padres y madres de familia recientemente diagnosticados, quienes gracias a tratamiento adecuado dejan de incidir en problemas que los han perseguido toda su vida y que se repiten sin explicación aparente.

El Trastorno de Deficit de Atención se conoce en niños desde hace mucho tiempo, pero los mayores de edad tuvieron que esperar para ser considerados víctimas de éste padecimiento.
Debido al constante rechazo y chantaje que han sufrido, estas personas han desarrollado baja autoestima y percepción negativa de sí mismos .

Segun un articulo de la revista salud y medicinas , algunos síntomas de Trastorno de deficit de atención en adultos son:
Dificultad para controlar impulsos súbitos.
Memoria deficiente. En poco tiempo se olvidan hechos ocurridos recientemente.
Baja persistencia en la realización de tareas que exigen concentración.
Incapacidad para regular emociones, efusividad y, en ocasiones, agresividad.
Irregularidad notable en la ejecución de tareas o trabajo. Por momentos se muestra mucho ímpetu y de inmediato se experimenta apatía.
Dificultades con compañeros de trabajo y problemas para respetar jerarquías.
Gran dificultad para respetar horarios, y mal manejo del tiempo.
Sentir aburrimiento con facilidad.
Baja autoestima. A menudo se culpabiliza a uno mismo de malos resultados e ineficiencia.
Ansiedad y depresión constantes.
Cambios bruscos en el estado de ánimo.
Dificultad en las relaciones con familiares y amigos, así como inestabilidad con la pareja.
Abuso de alcohol y drogas.
Conductas de riesgo en las que a menudo se desafía a la autoridad.

El grado en que se presentan estos síntomas puede ir de leve a severo, y se manifiestan en aspectos de la vida académica, social y laboral, así como durante la convivencia habitual con seres queridos.
Ya diagnosticados y tratados correctamente pueden llevar una vida normal..

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