Otros dicen que sienten una especie de comezón en sus huesos.
Comoquiera que se manifiesten los síntomas, se cree que el síndrome de las piernas inquietas afecta a una de cada 12 personas, es decir, millones de personas en el mundo.
Para la mayoría es un trastorno moderado que puede mejorarse con medidas simples.
Pero otras personas requieren una terapia médica más intensa.
¿Qué es este síndrome?
El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno neurológico que afecta el movimiento de las extremidades inferiores.
Se manifiesta por lo general en las personas de mediana edad.
Tal como explica la doctora Jeni Worden, médico familiar y experta en salud de la mujer, la enfermedad tiene cuatro características clave.
"El paciente tiene una sensación muy molesta, pero no dolorosa, en las piernas, que provoca una urgencia abrumadora de moverlas" dice la experta.
Esta sensación también puede ocurrir en ocasiones en los brazos, agrega.
"Los síntomas ocurren, o son peores, cuando estás descansando y mejoran cuando empiezas a mover las piernas".
La tercer característica, agrega la experta, es que los síntomas comienzan a empeorar en la noche, especialmente cuando la persona se acuesta.
Y por último, pueden notarse pequeños movimientos en los dedos de los píes, los pies o las piernas cuando la persona está descansando.
"También la persona puede sufrir movimientos espasmódicos cuando está durmiendo, lo cual puede interrumpir el sueño y no sólo despertar a la persona sino también a su pareja", agrega la doctora Worden.
"Si se presenta también este síntoma, es normal que la gente se sienta cansada durante el día".
¿Cuáles son las causas?
A pesar de numerosos estudios, todavía no se conoce con precisión la causa del síndrome de las piernas inquietas.
Pero se cree que la genética juega un rol importante en muchos de los casos.
Aunque el problema es más común entre adultos de mediana edad, también puede ocurrir en los jóvenes y a menudo es incorrectamente diagnosticado como "dolores de crecimiento".
El trastorno también es más común en las mujeres. Muchas lo desarrollan en la última etapa del embarazo, pero desaparece después del parto.
Algunos estudios han encontrado un vínculo entre el trastorno y la anemia por deficiencia de hierro.
Pero también se sabe que el síndrome puede ser resultado de enfermedades crónicas más serias, como diabetes, insuficiencia renal, enfermedad de Parkinson y artritis reumatoidea.
Ciertos fármacos, como los antidepresivos, pueden empeorar el trastorno.
Factores de riesgo
"Cuando el síndrome de piernas inquietas es leve o moderado, algunos cambios simples en el estilo de vida pueden aliviar los síntomas" dice la doctora Worden.
"Por ejemplo, se sabe que las bebidas que contienen cafeína, como café, té, chocolate o bebidas gaseosas, pueden agravarlo".
"Y también es necesario tratar de evitar el alcohol, al menos hasta que los síntomas mejoren", agrega la experta.
Se cree que el síndrome de las piernas inquietas está relacionado a una disfunción de los ganglios basales.
La falta de sueño también puede desencadenar el trastorno, así que los expertos recomiendan tratar de seguir un patrón regular de horas de sueño e irse a la cama a una hora razonable.
El ejercicio regular (varias horas antes de irse a acostar) puede ayudar a dormir bien.
"Comenzar y finalizar el día con una rutina de ejercicio ligero para estirar los músculos puede ayudar a mejorar los síntomas" dice la doctora Worden.
"Si estas medidas simples no ayudan, entonces es necesario consultar a su médico" agrega.
Por lo general, el médico debe descartar primero que la persona sufra una enfermedad subyacente más seria.
Varios estudios han demostrado que el síndrome está relacionado a una disfunción en los circuitos de los ganglios basales en el cerebro, los cuales utilizan dopamina, un neurotransmisor necesario para producir actividad y movimientos musculares de forma efectiva.
La interrupción de la actividad de la dopamina por lo general resulta en movimientos involuntarios, por eso los individuos con enfermedad de Parkinson, que también es un trastorno de la transmisión de dopamina, a menudo también sufren síndrome de las piernas inquietas.
Tratamiento
No existe un medicamento único que pueda controlar de forma efectiva los síntomas del síndrome en todos los pacientes así que por lo general es necesario probar distintos fármacos para encontrar el mejor.
Entre los medicamentos que han demostrado una reducción de los síntomas están los agentes dopaminérgicos (que incrementan la dopamina) que suelen recetarse a los enfermos de Parkinson.
Desafortunadamente hasta ahora no se ha encontrado una cura para el síndrome de piernas inquietas y los síntomas suelen durar toda la vida.
Además, los síntomas suelen empeorar gradualmente con la edad y aunque la enfermedad también puede entrar en remisión, por lo general los síntomas eventualmente reaparecen.
Tal como señalan los expertos, un diagnóstico de síndrome de las piernas inquietas no indica la aparición de otra enfermedad neurológica, como la de Parkinson.
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