jueves, 7 de abril de 2011

Un fondo estatal indemnizará a las víctimas de un fármaco contra la diabetes

El ministro francés de Sanidad, Xavier Bertrand, presentó hoy un proyecto para constituir un fondo estatal de indemnización de los enfermos víctimas del Mediator, un fármaco del grupo Servier contra la diabetes retirado del mercado en 2009 tras demostrarse graves efectos secundarios.

Podrán recurrir a ese fondo público "todos los que hayan tomado el Mediator y cuyo estado de salud haya empeorado" a causa de ese medicamento, explicó Bertrand en una entrevista a la emisora de radio 'France Info'.
"Tenemos que proteger a las víctimas", subrayó antes de señalar que el dispositivo se formalizará con una ley que se votará en el Parlamento antes del verano, y precisó que un organismo dependiente de la Seguridad Social, el ONIAM, se encargará de la gestión de las demandas.
El ministro denunció la "obstinación" de Servier, que "no quería dar la reparación integral" y además pretendía "elegir" a los enfermos a los que pensaba indemnizar, siempre a condición de que renunciaran a llevar a la empresa ante la justicia.

Ante esa posición "inadmisible", el Ejecutivo ha decidido que el ONIAM se ocupe de constatar el estatuto de víctimas y reclamará a Servier que indemnice directamente a cada persona. Si no lo hace, se le reclamará "con penalizaciones".
Según el presidente de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del Mediator y del Isomérido, Michel Courtois, están concernidos "varios miles o decenas de miles de personas", una cifra que reconoció todavía difícil de determinar.

Courtois, en declaraciones a 'France Info', dijo estar "particularmente contento" con el anuncio de la creación de este fondo porque significa que aunque no se anulará el daño causado "se ha escuchado a las víctimas".
Ideado inicialmente para diabéticos, el Mediator comenzó a comercializarse en Francia en 1976 para aquellos pacientes que, además, tenían problemas de sobrepeso y grasa en la sangre. Hasta que se retiró del mercado en 2009, se calcula que pudo ser recetado a unos cinco millones de personas.

La Seguridad Social reconoció a mediados de diciembre pasado que el medicamento estaba en el origen de, al menos, 500 muertes. Otro estudio, encargado por ese mismo organismo y revelado posteriormente, calculaba que el número de fallecidos se situaría entre 1.000 y 2.000.

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