viernes, 8 de abril de 2011

Hallan litio en agua potable de los Andes argentinos

Los pobladores de una región de los Andes argentinos están bebiendo agua con altos niveles de litio -un elemento que se usa en las baterías y como medicamento- que podrían afectar la salud.
Ésa es la conclusión de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Lund, Suecia.

Según los investigadores, ingerir ese compuesto a largo plazo podría afectar la función de la tiroides y riñones y podría tener efectos negativos en mujeres embarazadas.
El litio es un elemento químico, un metal, que se utiliza principalmente en aleaciones y en la producción de baterías eléctricas.
También se ha usado durante décadas como tratamiento establecido para depresión y trastorno bipolar.

Tal como explicó la profesora Karin Broberg, quien dirigió el estudio -que aparece publicado en Environmental Health Perspectives (Perspectivas de Salud Ambiental), el estudio analizó los acuíferos de cuatro poblados en el noroeste de Argentina, en la frontera con Chile y Bolivia.
La investigación se llevó a cabo en San Antonio de los Cobres y otros tres pueblos cercanos más pequeños llamados Polar Grande, Olacatato y Salar Pocitos.
"Encontramos en esta zona niveles muy elevados de litio en el agua que bebe la población" explica la investigadora.
"Probablemente hay una situación similar en las áreas circundantes de esta región de las montañas andinas".

Impacto en la tiroides
La investigadora y su equipo llevaron a cabo análisis en 200 mujeres de la región para saber si el litio estaba teniendo efectos en su organismo.
Se sabe que el litio puede producir hipertiroidismo, un trastorno metabólico que causa aumento de peso, fatiga, depresión, sensibilidad al frío y pérdida de memoria.
En casos raros, el litio también puede dañar los riñones. Éste es un efecto secundario conocido del medicamento de litio para trastorno bipolar.

Tal como explica la profesora Broberg, los análisis que llevaron a cabo no mostraron un efecto "clínicamente significativo".
Sin embargo, agrega, "las personas de esta región han estado absorbiendo litio toda su vida, incluso desde el nacimiento, y el consumo a largo plazo sí podría tener un impacto en la salud".

"No vimos síntomas de enfermedad de la tiroides en las mujeres estudiadas. Pero éste fue sólo un grupo de la población" explica la investigadora.
"Creemos que otros grupos, como los ancianos, los niños y las embarazadas, sí podrían ser más susceptibles al consumo de esos niveles de litio".

Los científicos descubrieron que el agua subterránea de esta zona tiene niveles de litio que equivalen a una décima parte del tratamiento que consume diariamente un paciente con trastorno bipolar.
"No sabemos lo que esto implica para la salud, porque el impacto del litio ha sido muy poco estudiado" dice Karin Broberg.

Mecanismo desconocido
"Hasta ahora, a pesar de que el litio se ha usado como medicamento durante más de 50 años y de que es muy efectivo, no se conoce cuál es el mecanismo con el cual actúa en trastornos psicológicos como la depresión o el bipolar" explica la científica.
"Por otra parte, un efecto secundario muy conocido de estos fármacos es su impacto en la tiroides y el daño que causa en los riñones en algunos individuos", agrega.
"Y también se sabe que puede causar efectos negativos en el feto, principalmente malformación del corazón, por eso no se recomienda a las mujeres embarazadas".

El agua subterránea es considerada en muchos países segura para consumo humano.
La región de los Andes es una fuente rica en elementos naturales y varios países de la región extraen litio.

Bolivia, en particular, tiene reservas enormes de litio. El 50% de las reservas mundiales de litio están en Salar de Uyuni en ese país.
Estos elementos, sin embargo, además de un recurso valioso también pueden ser un riesgo medioambiental porque pueden contaminar los acuíferos destinados al consumo humano.

En un estudio anterior de los mismos investigadores llevado a cabo en la provincia de Salta, en el noroeste de Argentina, se encontraron niveles "altos" de arsénico, litio, cesio, rubidio y boro en el agua y en la orina de mujeres estudiadas.

"Principalmente descubrimos que en esta región hay mucho arsénico en el agua que bebe la población" explica Karin Broberg.
"Pero no vimos que este elemento tuviera un impacto en la tiroides de las mujeres. El litio es el único que parece estar causando un efecto en la glándula", agrega.

Aunque en muchas regiones del mundo se considera que el agua subterránea es más segura para consumo humano que el agua muchas veces contaminada de ríos y lagos, hasta ahora no se conoce cuáles son los niveles de contaminación de compuestos químicos naturales, como el litio o arsénico, en estos acuíferos.
La profesora Broberg y su equipo planean ahora llevar a cabo un nuevo estudio en la misma zona de Argentina para comparar el efecto del litio en la salud de dos grupos de madres y sus hijos.

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