jueves, 27 de enero de 2011

Dos de cada cinco personas que hacen dieta se tornan irritables con su entorno

Esta es una de las conductas que pueden manifestarse como resultado de la restricción calórica. Qué pacientes la padecen y por qué. Cómo reducir su impacto en el círculo íntimo.

La irritabilidad es una de las conductas que pueden manifestarse como resultado de la restricción calórica
Un estudio realizado el Prof. Dr. Ricardo Chiosso, director Médico de Sanatorio Diquecito, sostiene que dos de cada cinco personas que hacen dieta se tornan irritables con su entorno.

De este informe se desprende que el 42,5% de las personas que realizan dietas para bajar de peso sufren trastornos en la conducta que acrecientan marcadamente las posibilidades de abandono del tratamiento en el mediano plazo.

El estudio determina cuáles son las consecuencias en el ánimo que producen las dietas realizadas durante más de tres semanas. Se comprueba que los pacientes bajo tratamiento aumentan ciertos síntomas negativos que no sólo afectan su estado de ánimo sino que también ponen en riesgo el cumplimiento de la dieta, produciendo un alto porcentaje de deserciones como consecuencia de estos efectos colaterales del proceso.

Entre esas manifestaciones de la restricción calórica en la conducta del individuo, comúnmente conocidas como "malestar psicológico", se destacan además la ansiedad, la angustia y el desaliento, entre otros. Todo esto conlleva una alta carga de estrés para el paciente, que lo lleva al desánimo y finalmente al abandono de su tratamiento para mejorar su peso.

Como en todo tratamiento, es muy importante la intervención médica para detectar y minimizar la aparición de estas situaciones altamente negativas. Se recomienda también que la familia acompañe al paciente a sus consultas médicas, porque a veces él mismo minimiza lo que ocurre en su casa y por no expresarlo a tiempo la dieta fracasa.

Una vez detectada la situación, existen tres salidas principales a estos malestares psicológicos; o sea, vías que pueden reducir la irritabilidad y ayudar al avance del proceso de descenso de peso. Éstas son: medicación, actividad física o internación en centros especializados.

Por último, el apoyo de la familia es muy importante. Hay que entender que el tratamiento es un momento difícil en donde todos son parte del problema y, por ende, el mismo hogar que generó hábitos obesos (hoy se habla de “hogar obeso” y no de personas obesas). Cada uno tiene que poner su grano de arena y tomar ciertos sacrificios en pos de ayudar a quien está atravesando el difícil momento de la dieta.

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