lunes, 3 de enero de 2011

La mente usa sintaxis para pensar

Muchas personas están familiarizadas con el concepto de que las frases tienen sintaxis. Un verbo, un sujeto, y un objeto se unen en patrones predecibles. Pero las acciones también tienen sintaxis; cuando observamos a otra persona hacer algo, ensamblamos sus acciones para darles un significado, y lo hacemos siguiendo una forma de sintaxis, según las conclusiones de un nuevo estudio.


Matthew Botvinick, Kachina Allen, Steven Ibara, Amy Seymour y Natalia Cordova, de la Universidad de Princeton, pensaron que el mismo principio podría ser aplicado a la interpretación del significado de las acciones. Por ejemplo, si usted ve a alguien comprar una entrada en la taquilla de un cine, dársela al encargado, y entrar en la sala donde va a proyectarse una película, usted comprende que cambiar dinero por un pedazo de papel le ha dado al individuo el derecho de entrar en la sala y ver la película.

Botvinick y sus colegas se concentraron en las secuencias de actos que seguían dos clases muy distintas de sintaxis: Una era una sintaxis lineal, en la que la acción A (comprar una entrada) resulta en la acción B (entregársela al encargado), que a su vez conduce al resultado final, C (ver la película). En la otra sintaxis, las acciones A y B, por separado, y sin importar el orden, conducen al resultado C. Trabajando con ambas secuencias de actos, los investigadores evaluaron si la diferencia en la estructura de la secuencia de actos afectaba a la manera en que los observadores seguían las acciones y las interpretaban.

Los experimentos se basaron en estudios que sugieren que las personas leen una frase más deprisa si viene después de otra frase con la misma forma gramatical. Pero en este caso, los científicos cambiaron las relaciones entre las acciones en vez del orden de las partes de la frase.

En un experimento, los voluntarios leyeron frases que describían tres acciones. Las frases presentaban una de dos formas. En una de las formas, una acción resulta en la próxima acción, lo que a su vez conduce al resultado final, como por ejemplo "Juan compró una entrada, la entregó al encargado, y vio la película". La otra forma, en cambio, se caracteriza por frases como "Juan cortó algunos tomates, lavó un poco de lechuga, y preparó con todo eso una ensalada", en las cuales las dos primeras acciones conducen al resultado, sin la segunda dependiendo de la primera.

En el experimento, se constató que ciertamente los voluntarios podían leer una frase con más rapidez si ésta seguía un conjunto de acciones ordenadas de la misma manera que la anterior. Si las acciones estaban ordenadas de manera distinta que en la anterior frase, su velocidad de lectura era menor. Esto indica que las mentes de los lectores trabajaban sobre la base de algún tipo de representación abstracta sobre las maneras en que las metas se relacionan con los actos para alcanzarlas, según las conclusiones del equipo de Botvinick

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