domingo, 27 de febrero de 2011

Fascitis plantares y tendinopatías del tendón de Aquiles

Las nuevas técnicas de alargamiento gemelar mejoran problemas crónicos de pie y tobillo

La mayoría de las patologías que afectan a los miembros inferiores se deben a alteraciones mecánicas. Es importante conocer las bases de la biomecánica de la marcha para poder comprender por qué se produce dolor en un lugar y cómo solucionarlo.

Las lesiones de pie y tobillo afectan por igual a deportistas profesionales y aficionados, pero en el primer caso pueden decidir el final de una carrera profesional. Por ello, es necesario comprender el fundamento mecánico de una lesión deportiva y, en el caso de los cirujanos ortopédicos, es crucial reconocer las implicaciones de un determinado tipo de marcha, de los ejes de carga de la extremidad, y de los cambios de hábitos o de calzado en la generación de lesiones deportivas. Gracias a las nuevas técnicas de alargamiento gemelar se pueden mejorar problemas crónicos, como la fascitis plantar o las tendinopatías aquíleas.

Sobre este y otros temas versa la segunda edición del “Curso de Mecánica Clínica y Terapéutica de Pie y Tobillo” que hasta el sábado se celebra en Hospital Universitario Quirón Madrid. Una treintena de ponentes nacionales e internacionales, expertos en cirugía ortopédica, podología y rehabilitación, abordarán los últimos avances en tratamientos médicos, ortésicos, de calzado, deportivos, rehabilitadores y quirúrgicos. Entre los ponentes extranjeros se encuentra el profesor Norman Espinosa, del hospital de Balgrist en Zúrich (Suiza).

En los últimos años, el avance en el tratamiento de lesiones traumáticas derivadas de la práctica del deporte ha sido muy considerable. Gran parte de ese avance se debe a la mejor comprensión del mecanismo generador de la lesión y de las técnicas médicas y quirúrgicas que se utilizan. Por ejemplo, “el mejor conocimiento de la génesis de una rotura del tendón de Aquiles permite diseñar toda una estrategia de cirugía, de plan postoperatorio, de utilización de ortesis y botas ortopédicas, de protocolos de rehabilitación, encaminado todo ello a aprovechar el período de máxima respuesta de cicatrización tendinosa, entre la segunda y la sexta semana desde la rotura”, indican los doctores Manuel Monteagudo y Ernesto Maceira, directores del curso. Según este traumatólogo de Quirón Madrid, algo parecido pasa con las lesiones del cartílago del tobillo. “La forma de caminar de un paciente puede agravar una lesión condral. Podemos modificar las alteraciones de la marcha, que es el origen de muchos problemas en deportistas y en personas que no practican deporte, mediante plantillas, rehabilitación o cirugía, utilizando implantes diversos para cubrir lesiones de cartílago”, añaden.

En ese sentido, el Dr. Monteagudo destaca que las nuevas técnicas de alargamiento gemelar proximal selectivo permiten en algunos pacientes la mejoría de problemas crónicos tan frecuentes como la fascitis plantar o las tendinopatías aquíleas.

Los doctores Manuel Monteagudo y Ernesto Maceira, directores del curso y traumatólogos de Quirón Madrid, subrayan la importancia de saber cómo caminamos y por qué lo hacemos de un modo u otro. Según ellos, la mayoría de las enfermedades de los pies y los tobillos tienen una explicación mecánica, por lo que es fundamental saber qué ocurre para poder buscar una solución razonada con las menores complicaciones posibles. Para los traumatólogos, “la forma de caminar define a la persona casi tanto como su voz”.

Asimismo, durante el curso se expondrán diferentes puntos de vista sobre patología y reparación tendinosa, ósea, muscular, articular y cartilaginosa.

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