miércoles, 9 de febrero de 2011

Falla toxina botulínica contra migraña

El compuesto antiarrugas botox servirá de poco como tratamiento para la migraña crónica, a pesar de que en el Reino Unido se le ha concedido una licencia para esa aplicación, advierte el Drugs and Therapeutics bulletin (DTB), publicación del British Medical Journal.
La toxina botulínica es una neurotoxina derivada de la bacteria clostridium botulinum y se utiliza, en varias formulaciones, como tratamiento para varios males que conllevan espasmos musculares.

Dentro de estas formulaciones se incluye el botox (una variante de la toxina botulínica A), que se utiliza principalmente, aunque sin licencia específica, para el estiramiento de las arrugas faciales, explica la revista.

El botox acaba de recibir una licencia que autoriza su uso para aliviar los síntomas de la migraña crónica, mediante una serie de inyecciones regulares en hasta 39 puntos de los músculos de la cabeza y el cuello.

Aunque no se ha explicado cómo este tratamiento actuará sobre la migraña para aliviar sus síntomas, el proceso parece distinto al habitual, paralizante de los músculos, señalan los expertos de DTB.

Cada tratamiento con botox para la migraña costará 276 libras (unos 325 euros), y las inyecciones deberán administrarse cada doce semanas.

La revista considera que "las pruebas que se han hecho públicas sobre la eficacia del botox como tratamiento de la migraña crónica son limitadas y poco convincentes".

No sólo eso -agrega-, sino que además "el botox causa el empeoramiento de los síntomas de dolor de cabeza en una de cada 10 personas, mientras que una proporción similar desarrolla síntomas como picor, dolor, sarpullidos, espasmos y rigidez muscular".

En algunos casos, puede incluso dar lugar a un choque anafiláctico, y no se puede descartar que las inyecciones puedan transmitir infecciones, ya que el compuesto contiene serum albumínico humano.

La revista señala que la agencia reguladora de medicinas y productos de salud (MHRA) en el Reino Unido aprobó el uso del botox para la migraña al valorar que ofrecía "un enfoque único" y evitaba algunos efectos secundarios de las pastillas.

Sin embargo, los expertos de DTB subrayan que algunos especialistas en migraña han criticado las pruebas sobre las que la MHRA fundamentó su conclusión.

Esos especialistas alegan que el diagnóstico de migraña crónica que se utilizó en las pruebas clínicas no era acertado, ya que se describió de esa manera otro tipo de dolores de cabeza.

Se pudo comprobar que casi dos tercios de los voluntarios abusaban de los tratamientos contra el dolor de cabeza y el abuso de estos tratamientos puede tener el efecto de aumentar los dolores, si bien ello no puede calificarse de migraña según la definición internacional, apuntan los expertos.

"Estas discrepancias, junto con las limitadas pruebas sobre sus beneficios, hacen que nos cueste ver un lugar para la toxina botulínica A como tratamiento para la migraña crónica", concluye DTB.

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