domingo, 27 de febrero de 2011

Los sofocos de la menopausia podrían indicar un menor riesgo cardiovascular

Las mujeres que sufren de sofocos y sudores nocturnos podrían tener un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, ictus y mortalidad, según un estudio del ‘Northwestern Memorial Hospital’ que se publica en la revista ‘Menopause’. Se estima que aproximadamente tres de cada cuatro mujeres experimentan sofocos asociados con la menopausia.

Según explica Emily Szmuilowicz, “aunque son realmente una molestia, los sofocos podrían no ser tan malos. Nuestra investigación descubrió que a pesar de informes previos que sugieren que los síntomas de la menopausia están asociados con mayores niveles de marcadores de riesgo de la enfermedad cardiaca, como la presión sanguínea y el colesterol, en realidad cuentan una historia muy distinta”.
Los investigadores revisaron información médica de 60.000 mujeres que participaban en el Estudio Observacional de Iniciativa para la Salud de las Mujeres y seguidas durante 10 años para determinar la relación entre los síntomas de la menopausia y los episodios cardiovasculares. Estas personas fueron agrupadas en cuatro categorías, las mujeres que experimentaban sofocos y sudores nocturnos al inicio de la menopausia, más tarde tras la menopausia, durante ambos periodos de tiempo y en ningún momento.
“Descubrimos que las mujeres que experimentaban los síntomas cuando comenzaba la menopausia tenían menos episodios cardiovasculares que aquellas que tenían sofocos más tarde en la menopausia o no los tenían en ningún momento”, señala Szmuilowicz.

Los resultados son significativos dado que existe la preocupación de que los síntomas menopáusicos, que se producen por la inestabilidad en los vasos sanguíneos de la piel, pongan a las mujeres bajo un mayor riesgo de otros problemas vasculares.

“Es tranquilizador que estos síntomas, que experimentan tantas mujeres, no parecen correlacionar con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular”, indica Szmuilowicz.
Los investigadores señalan que se necesitan realizar más investigaciones para comprender los mecanismos que existen tras la asociación pero señalan que son buenas noticias para millones de mujeres que experimentan estos problemáticos síntomas en el momento de la menopausia.
“Los sofocos nunca serán agradables, pero quizás estos descubrimientos los hagan más tolerables”, concluye Szmuilowicz.

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