sábado, 12 de febrero de 2011

La anemia grave puede producir ictus "silenciosos" en niños.

Los ictus silenciosos, que no tienen síntomas inmediatos pero podrían producir déficits cognitivos y de aprendizaje a largo plazo, se producen en un número significativo de niños muy anémicos, en especial aquellos con anemia falciforme, según un estudio de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas (Estados Unidos). Los resultados del trabajo se han hecho públicos durante la "Conferencia Internacional de la Asociación Americana del Ictus" que se celebra en Los Ángeles.

Los Angeles (EE.UU).- Según señala Michael M. Dowling, director del estudio, entre una cuarta y una tercera parte de los niños con anemia falciforme muestran evidencias de ictus isquémicos en el cerebro.

"Son niños de entre 5 y 10 años cuyos cerebros parecen tener 80 años. Estos ictus se llaman 'silenciosos' porque no causan debilidad por una parte o tienen síntomas neurológicos obvios. Pero conducen a un mal rendimiento académico y graves deterioros cognitivos", añade Dowling.

La anemia falciforme es un trastorno sanguíneo caracterizado por bajos niveles de hemoglobina, el componente con contenido en hierro de los glóbulos rojos que portan el oxígeno. Los bajos niveles de hemoglobina producen anemia. En la anemia falciforme, las células sanguíneas parecen estar deformadas y podrían formar coágulos o bloquear los vasos sanguíneos. Alrededor del 10 por ciento de los niños con anemia falciforme sufren un ictus. Las transfusiones de sangre reducen el alto riesgo de ictus repetidos.

Los investigadores se plantearon que los ictus silenciosos se podían producir durante la anemia grave y que podrían detectarse por imágenes de resonancia magnética (IRM). Para comprobar su hipótesis utilizaron IRM cerebral en 52 niños hospitalizados de entre 2 y 19 años del Centro Médico Infantil de Dallas con concentraciones de hemoglobina por debajo de los 5,5 g/dL. Compararon a los niños gravemente anémicos con anemia falciforme con un grupo de niños sin la enfermedad que tenían niveles de hemoglobina por debajo de 5,5 g/dL.

Los autores del trabajo identificaron ictus silentes en alrededor del 20 por ciento de los niños con anemia falciforme que estaban padeciendo una anemia aguda. También observaron evidencias de ictus silentes, aunque no tan a menudo, en niños con anemias muy graves que no tenían anemia falciforme.

Los descubrimientos sugieren que los niños con o sin anemia falciforme que pasan por anemia aguda podrían sufrir daños cerebrales no detectados y los autores sugieren que todos los niños con anemia grave pasen por un examen cuidadoso sobre ictus silentes.

Los investigadores señalan que un mejor reconocimiento y una transfusión en el momento adecuado para aumentar los niveles de hemoglobina en sangre podrían prevenir daños cerebrales permanentes en niños con ictus silenciosos.

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