miércoles, 2 de febrero de 2011

Las caminatas enérgicas podrían mejorar la memoria de los adultos mayores

Los adultos mayores que caminaron enérgicamente tres veces a la semana rindieron más en pruebas de memoria y aumentaron el tamaño de sus hipocampos, una parte del cerebro que tiene que ver con la formación de memorias, informan investigadores.
Los hallazgos sugieren que la pérdida del volumen cerebral en la edad avanzada podría retrasarse e incluso ser reversible. El encogimiento del cerebro se asocia con trastornos de memoria en los adultos mayores.

"Podemos cambiar el cerebro de los adultos mayores", aseguró el autor líder del estudio Kirk Erickson, profesor asistente de psicología en la Universidad de Pittsburgh. "Es sorprendente que un periodo de un año de ejercicio moderado no solo haga que la atrofia se haga más lenta, sino que en realidad la revierta".

Para su estudio, investigadores de la Universidad de Pittsburgh, la Universidad de Illinois, la Universidad de Rice y la Universidad Estatal de Ohio dividieron a 120 adultos sedentarios, que en promedio tenían entre 60 y 69 años de edad, en dos grupos. Un grupo caminó alrededor de una pista para lograr 40 minutos de ejercicio aeróbico tres veces por semana, mientras que el otro (el grupo de control) hizo estiramientos.

Ambos grupos rindieron más en una prueba de la memoria espacial. La memoria espacial nos ayuda a recordar cosas como las indicaciones para conducir, o el lugar en que dejamos las llaves.

Pero los grupos mostraron una diferencia importante. Escáneres por IRM del cerebro mostraron que tras un año en el programa de ejercicio, los hipocampos del grupo de ejercicio aeróbico eran alrededor de dos por ciento más grandes que al inicio, el equivalente a un retraso en el encogimiento cerebral relacionado con la edad de alrededor de uno a dos años, afirmaron los investigadores.

Los del grupo de estiramiento tuvieron un declive del volumen del hipocampo de cerca de 1.4 por ciento, encontraron los investigadores.

Los que mostraron las mayores mejoras en la memoria también mostraron los aumentos más grandes en el volumen del hipocampo, según el estudio, que fue publicado en la edición en línea del 31 de enero de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los investigadores encontraron que aquellos con mayor crecimiento en el hipocampo mostraron los niveles más altos del factor neurotrófico derivado del cerebro, un factor de crecimiento en la sangre que se asocia con la salud cerebral.

Incluso tarde en la vida, el hipocampo sigue produciendo nuevas neuronas, aseguró el Dr. Gary Kennedy, director de psicología geriátrica del Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York.

"Es muy emocionante, y esencialmente prueba una teoría que tiene cierto tiempo, que el ejercicio puede promover la neurogénesis, o la transformación de células madre neurales en neuronas maduras y en funcionamiento en el cerebro", señaló Kennedy. "El ejercicio parece mejorarla o acelerarla".

Es posible que el ejercicio pueda ayudar a proteger no sólo del declive mental ordinario, sino también de la demencia, planteó Erickson.

Otras preguntas siguen en el aire. Si tres días a la semana son buenos, ¿serían mejores seis días a la semana? ¿Sería correr mejor que caminar?

"En realidad no tenemos una buena respuesta", apuntó Erickson, aunque su investigación anterior ha encontrado que las personas mayores que caminaban entre casi diez y poco más de catorce kilómetros (entre seis y nueve millas) por semana mostraban significativamente menos declive en su volumen cerebral durante nueve años que las personas inactivas, pero caminar más no pareció aumentar el volumen cerebral a mayor nivel.

Los investigadores también evaluaron el efecto del ejercicio aeróbico en dos regiones más del cerebro, el núcleo caudado, que se deteriora con la edad y la enfermedad, y el tálamo, una región cerebral más estable, pero no hubo cambios evidentes.

"Esto sugiere que el efecto no es sólo un aumento general de la masa cerebral, sino que es relativamente específico al hipocampo", dijo Erickson.

Según la información de respaldo del estudio, en adultos por lo demás sanos el hipocampo se reduce en alrededor de uno a dos por ciento al año, y el declive es aún más rápido en personas con demencia.

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