viernes, 4 de febrero de 2011

Las piedras en el riñón

Es un problema que afecta al 10% de la población y que, se prevé, que crezca hasta alcanzar el doble en los próximos 20 años. ¿La solución? Cambiar los hábitos de vida y utilizar las nuevas técnicas de diagnóstico.

La litiasis o cálculos en el riñón pueden aparecer por varias causas, como las genéticas, aunque las determinantes son la dieta y el estilo de vida. El aumento en los próximos años se deberá al abandono de la dieta mediterránea, el sedentarismo y la disminución del consumo de líquidos.

Los nutrientes que favorecen la formación de piedras y, de los que abusamos actualmente en nuestras comidas son: el exceso de sal, los hidratos de carbono refinados y las proteínas de origen animal y ricas en oxalato (frutos secos, chocolate, café y té). Éstos debemos consumirlos con mucha moderación.

Su formación se debe a cambios en la orina y es frecuente en personas de entre 30 y 40 años y entre los 50 y 60 años. Estas franjas son las que más casos recogen.

Su detección suele ser en las urgencias de los hospitales cuando el paciente acude con un cuadro de cólico nefrítico que conlleva un intenso dolor punzante en el zona lumbar, necesidad de orinar con frecuencia y escozor o sangre.

Ahora se están investigando nuevas técnicas de diagnóstico, para prevenir esta enfermedad y comenzar a tratarla antes de que lleguen los síntomas, que se basan en el estudio metabólico de la litiasis. De esta forma se mantendría bajo control a los grupos de riesgo: obesos, personas con un solo riñón o con riesgo genético.

En el 70% de los casos las piedras se eliminan de forma natural con la orina pero, en el otro 30%, hacen falta un tratamiento específico. Debido a la gran cantidad de los mismos que existen, se está estudiando el aumento de la utilización de la ‘Tomografía Axial Computarizada’ (TAC), que estudiaría la composición de las piedras para decidir cuál de los tratamientos es el más efectivo.

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