Los niños y la gastritis

A pesar de que muchas personas piensan que la gastritis es padecimiento de adultos, actualmente sabemos que es bastante común en niños; de hecho, en México ocupa el segundo lugar de consulta de Gastroenterología en Pediatría.

La gastritis, médicamente conocida como enfermedad ácido-péptica, es inflamación de la mucosa o capa más externa del estómago, provocada por el daño que produce la secreción excesiva de ácido gástrico.
Existen varias causas por las que un pequeño puede presentar el padecimiento, entre las que destacan:
Estrés
Infección por Helicobacter pylori.
Malos hábitos alimenticios.

Estrés
Muchas veces los padres no advierten que su propio estrés afecta la estabilidad emocional de sus pequeños. Un niño se siente agobiado principalmente porque tienen que “correr al mismo ritmo” de sus papás, es decir, carece de horarios específicos para tomar sus alimentos, divertirse o descansar.

Además, debido a las altas exigencias del mundo moderno, actualmente a muchos niños se les pide que realicen tareas que todavía no son capaces de efectuar porque aún no desarrollan las habilidades que requieren para ellas, lo cual les provoca frustración y, por tanto, estrés.

Esta tensión emocional tiene diversas consecuencias en el cuerpo y aparato digestivo de cualquier ser humano y eso no excluye a los niños. Entre las principales repercusiones que pueden presentarse encontramos: aumento de la secreción de ácido gástrico e inflamación, principalmente de la mucosa del estómago.

Infección por Helicobacter pylori
A esta bacteria la podemos encontrar en el ambiente. Cualquier persona que consuma alimentos contaminados por ella puede contraerla y, a la larga, desarrollar gastritis.

De inicio, esta molestia en un niño puede ser superficial y pasará desapercibida, aunque en otros casos comenzarán a desarrollar síntomas de gastritis e incluso de úlcera duodenal (erosión o perforación del tejido en la unión del estómago con el intestino delgado). Diversos estudios han descrito que pocos son los chicos que desarrollan úlcera péptica, pero de éstos, 80% a 90% cursan con infección por H. pylori.

Cabe señalar que es probable que muchos infantes no presenten los malestares asociados al contagio de este microorganismo, pero cuando sean adultos quizá presenten algún grado de daño en el estómago, desde gastritis hasta úlcera duodenal, e incluso, en pequeño porcentaje, llegan a desarrollar cáncer gástrico.

Malos hábitos alimenticios
Debido a la desinformación de los padres o a sus múltiples ocupaciones, muchos de los niños actualmente no tienen buenos hábitos alimenticios. La mayoría de estos chicos van a la escuela sin haber desayunado; otros, simplemente, disponen de cierta cantidad de dinero para comprar algo de comer durante los recesos escolares, en donde elegirán, casi siempre, consumir “alimentos chatarra”. Más aún, en importante número de casos, serán los papás quienes por pésima cultura alimenticia ofrezcan a sus hijos los mismos alimentos dañinos que ellos consumen.

Por ello, es importante señalar que la “comida chatarra” se asocia con la presencia de gastritis en los pequeños. Además por disposición oficial, a partir de este ciclo escolar ha comenzado el retiro de este tipo de comida de las escuelas de educación básica para ayudar a mejorar la salud de los niños.

¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene gastritis?
El dolor abdominal en la edad pediátrica es muy común, pero podemos identificar si uno de nuestros hijos tiene gastritis y no sólo dolor pasajero.

Algunos de los síntomas que pueden presentar los pequeños son:
Dolor abdominal, que en los niños menores de 10 años será en torno al ombligo y en los adolescentes en la boca del estómago.
Rechazo a los alimentos, principalmente en las mañanas, porque la ingesta de comida les puede provocar dolor.
Sensación de vacío en la boca del estómago.
Náusea o vómito, en el menor número de casos.
Aliento con olor ácido.
Sensación de que se regresan los alimentos (reflujo).

¿Qué puedo hacer si sospecho que mi hijo tiene gastritis?
Anteriormente se mencionó que existen tres principales factores de riesgo para que un pequeño desarrolle gastritis, así que lo mejor será combatir cada una de estas causas para que reciban tratamiento integral. Asimismo, siempre se debe acudir al médico para que realice el diagnóstico correcto e indique el tratamiento preciso.

Estrés: primero es necesario analizar el estilo de vida propio para definir si eso puede estar estresando al pequeño. Asimismo, valorar si se le está exigiendo mucho, si no recibe suficiente atención o incluso si carece de la oportunidad de que se divierta y descanse de manera correcta.
Infección por H. pylori: sólo el médico podrá definir si el pequeño tiene infección de este tipo, y será él quien prescriba el tratamiento correcto para eliminar esta bacteria.
Malos hábitos alimenticios: cuando los padres comen a deshoras o sólo consumen “alimentos chatarra”, los hijos están sometidos al mismo patrón, por ello se recomienda:

• Darle alimentos tres veces al día (desayuno, comida y cena).
• Nunca llevarlo a la escuela si no ha comido algo.
• Tratar de que consuma dos colaciones a lo largo del día: entre el desayuno y la comida (que puede ser el refrigerio de la escuela) y entre la comida y la cena, que puede ser una fruta.
• Evitar darle alimentos que no le aporten nada y sí le puedan irritar el estómago, como refrescos, frituras, grasas, harinas, entre otros.
• Darle alimentos que fortalezcan su flora intestinal, como productos lácteos fermentados o yogur.